La rebaja del IVA a los productos básicos de la cesta de la compra ha permitido que la inflación de la alimentación se moderara ligeramente en enero. Se situó en el 15,4%, tres décimas menos del nivel con el que cerró el pasado año. Pero el efecto se debe solo esa rebaja fiscal que entró en vigor a comienzos de 2023 ya que, sin aplicar la medida, el IPC de los alimentos habría seguido subiendo con fuerza, hasta situarse en el 16,7%.

Este incremento interanual del IPC a impuestos constantes, un punto superior al que marcó en diciembre, indica que la cadena alimenticia no da todavía señales de un descenso en los procesos de producción, que permita pensar en una contención real de los precios de los alimentos.

En comparativa mensual con los datos publicados por el INE, los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas subieron un 0,4% respecto a diciembre, una cuarta parte de lo que lo habrían hecho de no haberse puesto en marcha las rebajas fiscales.

La eliminación del IVA superreducido (del 4% al 0%) para pan, harinas, leche, huevos, cereales, frutas y hortalizas, y la reducción aplicada a aceites y pastas (del 10% al 5%), ha tenido un impacto directo en los precios que los consumidores pagaron durante el mes de enero.

De los 14 productos monitorizados en el IPC que se benefician de la bajada de Impuesto del Valor Añadido, 12 han registrado caídas frente a los niveles de diciembre. De no haberse aplicado esa medida, los precios habrían subido en 11 de las categorías. Además, la diferencia entre los precios registrados en las tiendas y los que se habrían producido sin la rebaja del IVA se sitúa en el entorno del 4% en la mayoría de los productos.

Solo dos categorías han registrado precios más caros respecto al mes anterior a pesar de la bajada de impuestos: las legumbres y hortalizas frescas y el arroz. Pero en ambos casos, las subidas han sido mucho más moderadas de las contabilizadas sin la aplicación de esa reducción fiscal aprobada por el Gobierno, y que se mantendrá hasta el 30 de junio siempre que la subyacente no baje del 5,5%.

Las únicas bajadas de precios en comparación con los registrados en diciembre, más allá de los productos a los que se ha aplicado la reducción del IVA, se han producido en la carne de ave y de ovino y caprino.

El resto mantiene la tendencia alcista, con subidas del entorno del 5% en un solo mes en el caso de la pizza y quiche o en pescado fresco. Por su parte, los yogures, frutas en conserva y confituras se encarecieron cerca de un 3% en enero; y la mantequilla, los cereales de desayuno o los productos de confitería fueron casi un 2% más caros.

En comparación interanual, y excluyendo a los beneficiados por la bajada de impuestos, destaca la subida del azúcar (52%), la mantequilla (38%), salsa y condimentos (34%), productos de panadería (28%).

Los datos del Índice de Precios al Consumo apuntan a que las tensiones inflacionistas siguen golpeando aun a la cadena alimentaria. Así lo señalan en la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), cuyo responsable hortofrutícola, Andrés Góngora, asegura que los elevados costes de producción se mantienen estables.

“Los precios en origen de frutas y hortalizas se han mantenido constantes durante el mes de enero y seguimos sin vaticinar bajadas de precios a corto plazo. Llevamos las últimas cuatro semanas con temperaturas bastantes frías y eso provoca que se reduzca considerablemente la producción. Y por lo que se refiere a los costes de producción no se están produciendo diferencias importantes respecto a los últimos meses”.

Sin embargo, desde la Asociación de Empresas de Fabricantes y Distribuidores (Aecoc) se ha calificado como “acertada” la rebaja del IVA aplicada a algunos productos básicos porque "está empezando a surtir efecto" y contribuirá, en mayor medida, al descenso de la inflación de los alimentos en los próximos meses.

Además, desde Aecoc se insiste en su reivindicación de incluir la carne y el pescado entre los productos beneficiados por la reducción fiscal ya que, según un informe elaborado por la asociación y PWC, el IPC de alimentación se habría situado en el 13,7%, si se aplicara una rebaja del IVA al 5%, o bien en el 11,7%, con el IVA al 0%.