¿Va a hacer la libre competencia que más y más personas puedan comprar coches eléctricos? Aunque no de un día para otro, seguro que sí. Hasta ahora el libre mercado siempre ha conseguido democratizar los precios de los productos.
Pero ¿estamos en el inicio del cambio en el que los coches 100% a baterías comiencen a ver cómo sus costes decrecen y se pongan al alcance de la mayoría de las personas? Parece que hay brotes verdes, aunque, es muy difícil poder afirmarlo con rotundidad, sobre todo por lo que expondremos al final del artículo.
Ahora, la decisión de Tesla de bajar hasta un 20% (en algunos países) los precios de sus Model 3 y Model ha llevado a muchos a pensar que la conquista de un precio contenido para los eléctricos ya está aquí. Un pensamiento reforzado con el anuncio del pasado lunes de Ford en el que informaba de recortes de precios en su Mustang Mach-E. El último es un dato interesante para España ya que es un modelo que, parece que se fabricará en Almussafes en su versión coupé a partir de 2027 (o al menos su nueva plataforma GE2).
Elon maneja el timón de Tesla según los intereses de la compañía. Y ahora le interesa poner en apuros a sus rivales.
-Creciente competencia: Sí, es este componente claro del mercado el que ha llevado a Musk a bajar los precios. El aumento de modelos rivales se ha desbordado con muchas de las compañías tradicionales, nuevos entrantes y las muy activas marcas chinas todos en la lucha por un trozo del pastel. El recorte de precios supone su respuesta mercantil.
-“Vergonzosamente altos”: Así definió los precios de sus propios coches Musk el año pasado. Algo que no debía tener en cuenta cuando a principios de 2022 subió sus precios en dos ocasiones en menos de tres meses. Es decir, parece que Tesla se puede permitir reducir parte de sus ganancias para ganar cuota de mercado. Según analistas de Deutsche Bank sus márgenes de beneficio en 2023 podrían caer hasta tres puntos respecto a 2022. A cambio, otros expertos cuantifican entre un 12% y un 15% el incremento de la cuota de mercado que podría lograr en 2023 gracias a esta medida.
-Golpe a la yugular: Además, el recorte en los beneficios de Tesla, y por tanto en sus ingresos, es algo que Musk se puede permitir ya que sus beneficios son de los más altos de la industria. Tesla informó de una ganancia récord de 4.900 millones de euros en 2021 y generó un beneficio de unos 15.000 euros por cada Model 3 vendido durante ese mismo año. ¿Pueden hacer algo similar unos fabricantes europeos que necesitan realizar gigantescas inversiones en su desarrollo eléctrico?
Pero hay otra razón que no se ve tan clara en este bajón de los precios de Tesla.
-Subsidios, cómo no. Musk definió como “metedura de pata” que el precio fijado para el Model Y no cumpliera con el precio requerido para poder acceder a las subvenciones del gobierno Biden (Inflation Reduction Act o IRA, hasta 7.500 dólares). Y claro, ahora sí lo cumple. Igual sucede en Francia, donde el cliente de un Model 3 se podrá beneficiar de una subvención de 5.000 € gracias a haber quedado por debajo del umbral de los 47.000 €. Tesla ha bajado precios también en Alemania, Austria y Suiza.
-Y, cómo no, también en España. En nuestro país el umbral máximo de precios para acceder a la rebaja de hasta 7.000 € del Plan Moves II está fijado en los 53.000 euros sin IVA para los vehículos eléctricos. En el Model 3 la reducción es de más de 5.500 euros para modelos con precios de 52.970 €, que ahora se queda en 44.990 € en su versión más básica. Recordemos que el Model 3 fue el modelo eléctrico más vendido en nuestro país en 2022. Su otro modelo estrella es el Model Y, en el que pasa desde los 52.180 € a los 46.990 euros. Unos precios que le permitirían sumar hasta 7.000 euros con achatarramiento de coche añadido. En este caso sería posible adquirir un Model 3 desde 37.990 euros y un Model Y desde 39.900 euros.
-Contraataque: El ataque ha tenido respuesta casi inmediata por parte de la marca del óvalo: reducir en unos 5.500 euros (5.900 dólares) su Mustang Mach-E, de momento en los EE.UU. No parece que la marca, que quiere ostentar en segundo lugar del podio de los eléctricos en su país a toda costa, esté dispuesta a ceder terreno. Otra cosa es ceder beneficios económicos, aunque es cierto que los precios variarán según los acabados.
-Créditos, arma colateral: Ford ha sacado al tablero otro recurso; Ford Credit. El brazo armado financiero va a ofrecer créditos con un interés reducido hasta el 5,34% para la financiación de las compras del Mach-E hasta el próximo 3 de abril. Hay que recordar que esta herramienta siempre les sale a cuenta a las marcas. Es decir, será un modo de recuperar por otra vía parte de los beneficios no ingresados.
-En tres movimientos: Tesla se ganó las iras de sus compradores (sobre todo en China, hasta con altercados menores en algún concesionario) al reducir el precio sin avisar, perjudicando a aquellos compradores que habían adquirido recientemente sus vehículos. En cambio, Ford ha jugado en tres movimientos. El primero, la baza de la retroactividad para la lista de espera de clientes del Mach-E. que verán su coste rebajado al nuevo precio. El segundo, el ajuste de precios a todos los compradores que hayan encargado sus coches desde el 1 de enero de este año. Y en tercer lugar, la baza de la fidelización, pues clientes satisfechos es casi siempre igual a clientes permanentes.
-Incremento de producción: El anuncio de Jim Farley, director ejecutivo de Ford, añadía otras “especias” al combinado: “En @Ford queremos que los vehículos eléctricos sean más accesibles, por lo que estamos aumentando la producción del #MustangMachE y reduciendo los precios en toda la gama. Ese incremento reducirá los tiempos de espera de los clientes. Y con esa mayor producción, reduciremos costes, lo que nos permite compartir estos ahorros con los clientes”.
Entonces, ¿qué hay de realidad en esta esperanza?
-Guerra de precios. No parece fácil que los fabricantes europeos entren al trapo de unas tensiones que no les interesan.
Es algo que el propio director ejecutivo del Grupo Volkswagen, Oliver Blume, aclaró hace unos días. Especificó que el grupo quiere ser líder global en eléctricos, pero desea hacerlo a través de la rentabilidad, sin guerras de precios que perjudiquen sus beneficios. En similares términos se pronunció Luca de Meo, director general de Renault, en uno de sus primeros actos como presidente de la ACEA. “No creo que una guerra de precios justo cuando estamos comenzando nuestras operaciones con los coches eléctricos sea lo mejor que le puede pasar a esta industria”.
Parece claro que podría afectar a unas cuentas de resultados que ahora mismo tienen que mimar para mantener sus inversiones. Pero si esta estrategia se mantiene ¿podrán soportar la presión de los mercados?
-Coreanos y chinos: Más en duda queda la posible reacción de las marcas coreanas y chinas, en concreto el grupo Hyundai Motor Company, así como de BYD. Ambos están ganando cuota de mercado a nivel internacional, incrementando su producción de eléctricos, ampliando sus portfolios de vehículos con esas tecnologías y buscando la manera de hacerse con parte del pastel que hasta ahora ha comandado Tesla. Concretando, tienen el dinero y los medios para entrar a la batalla.
El quid de la cuestión
Está claro que las estrategias de mercado pueden hacer que los precios sean algo más asequibles. Esto animaría a los posibles clientes, lo que a su vez haría que una producción en mayores escalas pudiera volver a reducir sus costes.
-La minería, auténtica clave: Pero la auténtica solución solo puede provenir por ahora de la minería. Los precios de los metales y las tierras raras se han disparado en los últimos dos años de manera brutal. Unos incrementos que han llegado a motivar subidas del mismo Mustang Mach-E de hasta 16.000 euros. Y la única manera de reducirlos es un incremento de la producción. Pero ¿interesa esto a las compañías mineras? ¿más trabajo con las mismas ganancias para una bajada de precios?
-Restricciones: Parece que la escasez y un cuello de botella en la producción, es lo más probable. Sobre todo con noticias de países como Indonesia y su solicitud de un cártel de minería para países productores de materias primas para eléctricos en el que hacer valer sus necesarios productos.
O como Zimbabue que ha prohibido la exportación de litio sin refinar, algo por lo que asegura perder más de 1.700 millones de euros al año. Esto por no hablar del control de China sobre la extracción y sobre todo el procesamiento de dichos minerales o de la carencia de ellos en Europa.