Los españoles se resisten a seguir perdiendo poder adquisitivo por el escaso aumento de los salarios -pese a la subida del salario mínimo- ante una inflación desbocada que no termina de ser controlada. Por eso, no es extraño ver colas ante las sedes del Banco de España de ciudadanos que buscan el calor de los intereses de las Letras del Tesoro, cuya rentabilidad ya se acerca al tres por ciento, muy por encima de los depósitos bancarios que apenas remuneran a sus clientes a pesar de los millonarios beneficios de estas entidades y de los disparados sueldos de sus directivos.
La Deuda Pública lleva varios meses disparada tras años de escasa o nula rentabilidad. El alto endeudamiento del Tesoro español, casi ya en el 130 % del PIB obliga a Hacienda a buscar inversores que sufraguen nuestro enorme gasto público tras los efectos de la pandemia covid-19 y la guerra de Ucrania en las sociedad española en su conjunto.
Esta necesidad de financiación ha elevado la demanda de Letras del Tesoro que son la puerta de entrada de los pequeños inversores en la deuda fija. Con inversiones a partir de mil euros y en plazos de tres, seis, nueve y doce meses, se han convertido en un instrumento para recortar ligeramente el bocado de la inflación a los ahorros populares.
La escasa o nula rentabilidad de la banca también empuja a los ahorradores a buscar forma de rentabilizar sus depósitos. Las entidades financieras han comenzado una carrera de aumento de beneficios como consecuencia del encarecimiento del Euribor que no se está trasladando a sus clientes.
Este jueves, conocíamos que el Banco Santander ha aumentado su beneficio en un 18 % aupado por sus negocios en Brasil y Estados Unidos y a pesar de haber aumentado sus provisiones de fondos para cubrirse ante posibles riesgos futuros. Pero lo más significativo de estos datos es que su negocio en España que se coloca en tercer lugar tras los citados Brasil y Estados Unidos ha crecido en beneficios más del 150 % respesto al año anterior.
Pero las colas antes las sedes del Banco de España no es el único ejemplo de esta necesidad de los ciudadanos de poner a salvo sus ahorros. La sede electrónica del regulador en la que los inversores pueden presentar sus órdenes de compra estuvo caída durante unas horas ante la avalancha de peticiones de compra.
Los ciudadanos que recurren a la compra ante el mostrador del Banco Central lo hacen por que no disponen del certificado digital para relacionarse telemáticamente con la Administración o por la falta de formación electrónica. Se trata de herramientas y procedimientos que los usuarios consideran complicadas de entender y practicar, pero que una vez aprendidos y adquiridos soluciona la forma de trabajar en este caso con el Banco de España.
El certificado digital es un documento electrónico que nos identifica, y que contiene nuestros datos personales. Este documento se incorpora al navegador o a nuestro dispositivo móvil y nos permite identificarnos en Internet facilitando nuestra relación con la Administración.
Para solicitar un certificado digital, hay que dirigirse a una de las Autoridades Certificadoras. En España la más conocida es la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre (FNMT) pero hay otras responsables de emitir y revocar certificados digitales.
Los pasos para solicitar un certificado son los siguientes:
Paso 1: Solicitar el certificado en la web de la entidad escogida. Después de completar la solicitud, indicando su NIF, recibirá un código que tiene que conservar porque es necesario en los siguientes pasos.
Paso 2: Acreditar su identidad, acudiendo a alguna oficina de registro, llevando su DNI y el código recibido en el paso anterior.
Paso 3: Descargar su certificado en el mismo ordenador que realizó la solicitud, utilizando el mismo navegador, y especificando el código recibido en el primer paso.
Una vez realizados los tres pasos, ya puede instalar el certificado en su ordenador. En este momento de la instalación se pregunta si se quiere realizar una copia de seguridad del mismo, lo que permitirá, mediante una contraseña creada por el usuario, exportar el certificado al restos de dispositivos como una tablet u otro ordenador.
El DNI electrónico es un documento emitido por la Dirección General de Policía (Ministerio del Interior), que permite a la persona titular identificarse física y electrónicamente. También permite firmar digitalmente documentos.
El DNIe incorpora un pequeño chip que almacena tanto los datos personales impresos en el carné, como los certificados de autenticación y firma electrónica.
En el momento de expedición del DNIe (solicitud o renovación), se le entrega a la persona titular un PIN, que utilizará como contraseña personal de los certificados, en el momento de autenticarse o de firmar electrónicamente. Este PIN es un código aleatorio. Puede modificarlo en cualquier momento, en las máquinas de actualización del DNI existentes en las oficinas de expedición, sin necesidad de cita previa.
Si no recuerdas el PIN, o el DNIe se hubiera bloqueado por equivocarse tres veces al teclearlo, podrá desbloquearlo en dichos puntos de actualización del DNI. En ese caso, la máquina le pedirá verificar su identidad con su huella dactilar.