Por primera vez en la historia, el viento y el sol terminaron generando más electricidad que el gas en Europa. El hito coincide con el año de la invasión rusa de Ucrania y el corte del suministro del principal proveedor europeo de gas. Y parece que es un cambio que ha llegado para quedarse: el acelerón de las energías renovables no ha hecho más que empezar en la Unión Europea (UE). El año pasado se registró el mayor despliegue de capacidad fotovoltaica: aumentó un 25% y contribuyó a evitar 10.000 millones en coste de gas. Lo nunca visto. En veinte países de la UE se alcanzó un récord de producción de energía solar, según el informe sobre el mercado eléctrico europeo de Ember.
"La respuesta política de Europa a la invasión rusa de Ucrania en 2022 fue acelerar su transición eléctrica. Ahora hay un enfoque en reducir rápidamente la demanda de gas y al mismo tiempo la eliminación gradual del carbón. Esto significa que está en marcha un crecimiento masivo de energías limpias", concluye el análisis.
En 2022, la energía eólica y solar aportaron el 22% de los kilovatios de la UE, por encima del gas, un 20%. (Nota: en España esto lleva ocurriendo desde hace diez años).
Si miramos solo la imagen estática del año pasado por tecnologías, el reparto queda de la siguiente manera: nuclear gas y carbón generan juntas tres de cada cinco kilovatios en la UE.
A pesar de los precios récord del gas que se registraron en 2022, la electricidad generada con este combustible subió ligeramente, casi un 1%. En el caso de España el incremento fue muy superior: del 22%. De hecho, fue tan grande que los ciclos combinados se convirtieron en la principal fuente de kilovatios del país, superando a los de origen eólico, nuestra principal fuente de luz desde 2021.
En Francia fue todavía superior, un 29% más de consumo de gas. "La generación de gas en estos países probablemente no habría aumentado si no llega a ser por menor producción de la energía nuclear francesa", apunta el estudio.
Sin embargo, de cara al 2023 se espera una tendencia totalmente diferente. "Europa será testigo de una enorme caída de los combustibles fósiles, de la energía del carbón, pero especialmente de la energía del gas". Esta última caerá más rápido que el carbón por una cuestión de precios. Ember calcula que la generación con combustibles fósiles podría desplomarse un 20% en 2023, el doble que en 2020.
"Europa ha evitado lo peor de la crisis energética", afirma Dave Jones, responsable de Data Insights de Ember. "Los shocks de 2022 sólo causaron una pequeña onda expansiva en la producción de electricidad a partir del carbón y una enorme ola de apoyo a las renovables. Cualquier temor a un repunte del carbón ya ha muerto". En países como Alemania sigue representando un porcentaje muy elevado de su mix: un 31%.
Además del repunte del gas, Europa tuvo que hacer frente a dos imprevistos adicionales:
Sin embargo, el crecimiento récord de la eólica y la solar ayudó a amortiguar estos dos déficits. Solo una sexta parte de estos huecos se cubrió con carbón. Podría haber sido mucho peor, dice el informe, si no llega a ser por el despliegue de las renovables en 2022. "Las 26 centrales de carbón puestas en situación de emergencia para el invierno funcionaron a una media de sólo el 18% de su capacidad", apunta el análisis. Nueve de ellas ni siquiera han llegado a funcionar un solo día del último trimestre de 2022.
España dejó de ser el líder europeo con mayor producción de energía solar. Nos ganó Holanda, con el 14% de sus kilovatios procedentes de esta energía. En el caso de España fue del 12%. Nuestro país fue el segundo donde más creció su instalación en 2022, después de Alemania.
El sol actuó como una especie de escudo frente a la crisis del gas. "Entre mayo y agosto, el 12% de la energía de la UE provino de la energía solar, superando por primera vez el 10% durante el verano". Estos cuatro meses concentraron elevadas temperaturas, baja producción hidráulica y los problemas con la nuclear francesa.
El año pasado fue también el gran despegue del autoconsumo en los hogares europeos, que invirtieron masivamente en paneles solares en los tejados de sus casas. En cuatro años Europa ha duplicado su capacidad solar. "De aquí a cuatro años es probable que el nivel que tenemos hoy se haya triplicado", expone Ember.
Esa triple crisis energética que ha vivido Europa en 2022 ha provocado también una caída de la demanda eléctrica en el último trimestre cercana a la que registrada durante el confinamiento por covid. Las temperaturas suaves del comienzo del invierno han jugado su papel, pero "solo el clima no explicaría caídas tan grandes", según este análisis.
En el cómputo anual, la demanda de electricidad cayó un -2,7%. Francia lideró esta reducción (-4,3%). En los próximos años se espera que el consumo de kilovatios aumente en la medida en la que la economía se electrifique --más sectores, industrias, procesos se pasen a la electricidad como fuente de energía--. La crisis energética es posible que acelere este cambio. Sin embargo, según este estudio, también hay mucho espacio para mejorar la eficiencia energética.