El turismo da por superada la pandemia y arranca 2023 con cifras optimistas
La patronal de las grandes empresas turísticas señala que las reservas apuntan a un año con crecimientos en todos los subsectores
Las líneas aéreas han incrementado en en 4,4% sus asientos para esta temporada de invierno con respecto a los registrados hace tres años
Este miércoles arranca el primer FITUR post pandemia, con más de 8.000 empresas y el objetivo de mantener el dinamismo del sector
En contra de las previsiones más agoreras, ni el impacto de la guerra en Ucrania ni la caída en el poder adquisitivo de las familias por la inflación han conseguido doblegar la recuperación del turismo. Esta actividad, cuyo peso en la economía roza ya casi el que tuvo antes de la pandemia, ha vuelto a los niveles de ingresos y empleos previos a la crisis, aunque está pendiente la recuperación total de la llegada de turistas internacionales.
En esta situación aborda el gran encuentro internacional del sector, FITUR, que arranca este miércoles con una gran duda en la cabeza de todos los implicados: ¿Hasta cuándo se mantendrá el ansia por viajar?
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“La impresión que tienen hoy por hoy los empresarios es que se mantienen las tendencias positivas del pasado año, la recuperación de las llegadas de turistas, el aumento de la facturación y unos viajes con estancias más prolongadas”, señala José Luis Zoreda, vicepresidente ejecutivo de Exceltur. La patronal de las grandes empresas del sector ha firmado unas perspectivas muy positivas para este año, con un crecimiento del PIB turístico del 7,1% respecto a 2019, lo que supone alcanzar los 168.500 millones, 9.000 más que el pasado año.
"Todo apunta a un primer trimestre muy fuerte con una tendencia a la desestacionalización", destacaba este martes la vicepresidenta Nadia Calviño, que ponía el foco también las elevadas cifras de empleo conseguidas el pasado año en el sector. En diciembre se rozaron los 2,5 millones de afiliados, el mejor dato de toda la serie histórica para ese mes.
La industria turística asegura que el fuerte crecimiento registrado en 2022 a pesar de la situación económica no se puede explicar más que por la voluntad del consumidor. “Ha prevalecido más el deseo de viajar, que la opción de afrontar otros gastos, como puede ser la reposición de un electrodoméstico o la compra de ropa. Pero la gran pregunta es si esto va a continuar”, reflexiona el portavoz de Exceltur.
De momento, la encuesta de Confianza realizada por la asociación entre 2.000 negocios sobre la evolución del sector en 2023 apunta a que sí. Los empresarios cuentan con un incremento de las ventas de más del 4%, que permitirá que se superen los niveles reales previos la crisis sanitaria a finales del año (descontado el efecto de la subida de los precios) y que se trasladará a todos los subsectores de la cadena de valor.
Mayores crecimientos en alojamientos urbanos
El optimismo es generalizado en el sector que, no obstante, considera que el contexto económico provocará un menor dinamismo de la actividad en los primeros meses del año, para recuperar el impulso a partir de la Semana Santa. No obstante, los negocios del alojamiento y del transporte, prevén mantener su facturación durante todo el primer trimestre por encima de la de 2019 (ese ejercicio turístico récord que se sigue tomando como referencia).
Por destinos, los urbanos y aquellos más orientados al turismo de negocios y congresos cuentan todavía con margen de recuperación y por eso esperan importantes aumentos de las ventas respecto a los de hace cuatro años. En el caso de Madrid y Barcelona, estarán en el entorno del 9%, pero superarán el 13% en algunos destinos urbanos de Valencia con fuerte recepción de turistas internacionales.
Por lo que respecta al turismo de sol y playa, los mayores aumentos de las ventas en 2023 se esperan en Baleares (8%), según datos de Exceltur. Se estima que serán algo menores, pero elevados, en el litoral catalán y murciano, y más contenidos en las zonas costeras de Andalucía y Valencia por las dudas sobre la evolución del turismo británico. Canarias, por su parte, que ahora mismo está en plena temporada alta, está registrando “los resultados más espectaculares de los últimos años”, en palabras del Zoreda.
Los destinos turísticos del norte seguirán creciendo, pero menos de lo que hicieron el año pasado, y los de interior mantendrán la tendencia al alza una vez que se ha consolidado las preferencias por destinos menos concurridos y experiencias al aire libre.
Tendencia positiva en el tráfico aéreo
El sector del transporte de pasajeros es el que confía en experimentar un mayor crecimiento a lo largo de este año. Desde la Asociación de Líneas Aéreas (ALA) ya valoran de forma muy positiva cómo está yendo la primera parte de la temporada de invierno, para la que se han programado 114,2 millones de asientos lo que supone un aumento del 4,4% respecto a los niveles de la temporada de invierno de 2019.
"El trafico se de pasajeros ha recuperado unos niveles muy elevados el pasado año y el mes de diciembre estuvo casi en cifras prepandemia. Lo que vemos es que a pesar de la actual situación económica, el deseo de volar no ha quedado en segundo plano, todo lo contrario", señala Carolina Herrero, portavoz de ALA, que califica la sensación del sector de "optimismo moderado".
Posibles frenos a la recuperación
Si el sector turístico cuenta con se mantenga la euforia viajera a lo largo de 2023, y que la recuperación se fortalezca con aspectos como la apertura total de los mercados asiáticos tras el covid, la mejora de la conectividad aérea, los nuevos operadores de tráfico ferroviario o la fidelización del mercado latinoamericano, hay otras circunstancias que pueden frenar la tendencia alcista.
Así, los temores de los empresarios consultados por Exceltur pasan por que el encarecimiento del combustible se traduzca en un mayor precio de los viajes, una menor capacidad de gasto turístico de las familias europeas y una mayor competencia de destinos mediterráneos, como Turquía y Egipto, que también están registrando ya importantes aumentos de visitantes.
Además, entre otras preocupaciones, señalan las cargas financieras que mantienen muchas empresas del sector, que tuvieron que endeudarse para superar la caída de la actividad durante más de dos años por la pandemia; las dificultades para encontrar mano de obra con la formación necesaria y el “retorno acelerado” de las viviendas de uso turístico.