La sombra que proyectan todos los riesgos mundiales en los próximos diez años nos deja una imagen "única, incierta y turbulenta". En mundo se enfrenta a una serie de amenazas "que parecen completamente nuevas y al mismo mismo inquietantemente familiares", según el informe de Riesgos Globales 2023 del Foro Económico Mundial. El mundo encara una nueva era de "bajo crecimiento económico y poca cooperación". Por encima de casi todo emerge un factor determinante: el medio ambiente. Seis de los diez mayores riesgos de la próxima década están relacionados con su deterioro.
"Algunos de los riesgos descritos en el informe de este año están cerca de un punto de inflexión. Este es el momento de actuar colectivamente, de manera decisiva y con una mirada en el largo plazo para dar forma a un camino hacia un mundo más positivo, inclusivo y estable", alerta la encuesta entre 1.200 expertos realizada por el Foro de Davos. Con este panorama de telón de fondo se reunirán los líderes políticos y empresariales del mundo la próxima semana en Suiza.
En el corto plazo, la mayor preocupación gira alrededor del impacto del aumento del coste de la vida: energía, alimentos y muchos más productos son ahora más caros que hace unos años. Los gobiernos que podían permitírselo han tratado de reducir el impacto de este shock, "pero los países más pobres se enfrentan a múltiples crisis: deuda, cambio climático y seguridad alimentaria". Más de cuatro de cada cinco encuestados espera constante volatilidad en los próximos dos años.
La inflación tiene un mayor impacto entre los más vulnerables y puede alimentar disturbios e inestabilidad política. Solo el incremento del precio de los carburantes generó protestas en casi un centenar de países. "La gestión de la inflación es un preocupación mundial".
Hace un año, antes de la guerra en Ucrania y el shock energético, inflacionista y alimentario que le prosiguió, los líderes del mundo estaban preocupados por la recuperación desigual de la pandemia entre diferentes países. Sin haber resuelto todavía esta cuestión, llego todo lo demás. La emergencia de la situación, como ocurrió también durante el covid, ha obligado a los gobiernos ha centrar la atención en lo más inmediato.
"Sin embargo, la atención y los recursos que tanto se necesitan se están desviando de los riesgos emergentes o acelerados que afectan a los ecosistemas naturales, la salud humana, la seguridad, los derechos digitales y la estabilidad económica", advierte Saadia Zahidi, directora gerente del Foro Económico Mundial. Como consecuencia de esta desviación, el mundo está perdiendo capacidad de resiliencia y de gestionar los shocks del futuro.
La mitad de los mayores riesgos de los próximos dos años están relacionados con el medio ambiente. Desastres naturales, tiempo extremo, fracaso en la mitigación del cambio climático, de adaptación, crisis de recursos naturales... En la próxima década a estos riesgos se suma uno más: pérdida de biodiversidad y colapso de los ecosistemas. El informe advierte que "sin un cambio significativo en las políticas o inversiones", la interacción del impacto de estos riesgos puede generar un efecto cascada. Se habla de hambrunas y de "guerra del agua".
El enfrentamiento económico, tercer riesgo más aludido por los encuestados, se refiere a sanciones, guerras comerciales, selección de inversiones... En el caso de países del sudeste asiático, esta amenaza se situó en primer lugar. Un ejemplo de su llegada es la nueva guerra fría tecnológica entre Estados Unidos y China. "La guerra económica se está convirtiendo en la norma, con crecientes enfrentamientos entre las potencias mundiales y la intervención de los gobiernos en los mercados en los próximos dos años". Las decisiones vendrán con su correspondiente coste económico.
"Los shocks actuales, los riesgos profundamente interconectados y la erosión de la resiliencia están dando lugar al riesgo de 'policrisis', donde las crisis dispares interactúan de tal manera que el impacto general supera con creces la suma de cada parte", sostiene el análisis. Si conocemos los problemas y las amenazas, ¿cómo de preparados estamos para hacerles frente?
La respuesta de los encuestados no es muy esperanzadora. La valoración de las medidas adoptadas por todos los agentes para evitar o mitigar las amenazas se valora especialmente negativamente en el caso de: evitar el cambio climático, la adaptación y el avance de la desinformación.
"A pesar de figurar regularmente en el top de la lista, los riesgos globales más graves --particularmente los relacionados con el clima y la naturaleza-- son para los que menos preparados estamos. La creciente conciencia mundial de estos riesgos es clara, pero es probable que se sigan obstaculizando las nuevas acciones", explica el informe.
El análisis sugiere romper este círculo y conmina a los líderes empresariales y a los políticas a asumir la complejidad y "adoptar una visión dual que equilibre de manera más efectiva la gestión de la crisis actual con una visión a más largo plazo". De lo contrario, esta nueva era económico que arranca puede que aumente la divergencia entre países ricos y pobres y registrar el primer retroceso en el desarrollo humano en décadas.