Tres años después, los aeropuertos de la red de Aena lograron registrar en diciembre una situación muy parecida a la que habían vivido antes del estallido de la pandemia. Durante ese mes el tráfico de pasajeros rozó las cifras que se habían contabilizado en 2019. En total, recibieron casi 17,9 millones de viajeros, solo un 1,9% menos que en el último mes del año que se utiliza como referencia de la vida antes del estallido del covid.
Con ellos, el número total de pasajeros contabilizados en el año de la gran recuperación del tráfico aéreo superó los 243 millones. Esto supone que el dato acumulado de 2022, aunque dobló al registrado en el año anterior, se quedó un 11,5% por debajo del que se alcanzó hace tres años, cuando el sector turístico español firmó un año de récord. También es inferior, hasta un 7,6%, del número total de viajeros que recibieron los aeropuertos en 2018.
A pesar de la buena evolución de los viajes desde la pasada primavera, el impacto de la ola causada por la variante ómicron en toda Europa provocó que el número de viajeros permaneciera aun en cifras moderadas durante el primer trimestre del año. Después, con el levantamiento de las restricciones a los viajes internacionales y la celebración de la Semana Santa, los aeropuertos recuperaron ya casi nueve de cada diez pasajeros registrados antes de la pandemia.
La positiva evolución de las cifras de tráfico de pasajeros está respaldada por la recuperación de los vuelos nacionales. Si a principios del pasado año faltaba aun por recuperar casi un 30% de los viajeros contabilizados en 2019, siete meses después ya se habían superado los niveles de entonces. Posteriormente, en agosto, en plena temporada estival, los pasajeros nacionales se situaron hasta un 6,3% por encima de los del último verano previo a la pandemia
Desde ese momento, y durante todo el segundo semestre del año, los pasajeros de vuelos nacionales han estado por encima de los niveles precovid. Y eso, a pesar de la incertidumbre económica provocada por la guerra en Ucrania, la subida de los precios y la consiguiente pérdida de poder adquisitivo.
En cambio, la recuperación de los pasajeros de vuelos internacionales no se ha completado. La evolución ha sido positiva, pero hasta el último trimestre del año no ha alcanzado el 90% de los viajeros de hace tres años, y ha acabado diciembre un 5,3% por debajo de esos valores.
Si nos fijamos en los principales clientes del turismo español, los datos de Aena señalan que los pasajeros de vuelos internacionales con Gran Bretaña ascendieron el pasado año hasta los 37 millones, cuando en 2019 habían alcanzado casi los 44,9 millones. En el caso de los viajeros de vuelos con Alemania, los cerca de 24 millones de pasajeros de 2022 son un 18% menos que los más de 29 millones contabilizados antes del covid.
Las cifras muestran también la nula recuperación durante el año pasado de países procedentes de Asia donde aún se mantenían las restricciones a los viajes por el covid. Así, siguen sin recuperarse los más de 130.000 pasajeros en vuelos con Japón de 2019, mientras que apenas se contabilizaron 24.000 en trayectos aéreos con China cuando hace tres años superaron el medio millón.
La recuperación del tráfico de pasajeros muestra enormes diferencias entre los diferentes aeropuertos. Los datos señalan, además, que entre los diez que cuentan con mayor número de viajeros, los niveles son, en su mayoría, aun inferiores a los de hace tres años: solo dos, el de Ibiza y el de Lanzarote, consiguieron recuperar (el primero) y superar (el segundo), los datos registrados entonces.
En cambio, en el Adolfo Suárez Madrid - Barajas, los más de 50 millones de pasajeros en 2022 son un 18% menores que los del último año antes del covid. En el caso del Josep Tarradellas Barcelona-El Prat, los 41,6 millones están aun un 21% por debajo.
En cambio, los datos que avanza el gestor aeroportuario demuestran que otros aeródromos con menor número de pasajeros han tenido este año mejores cifras que en 2019. Es el caso, por ejemplo, de los aeropuertos de Vitoria, Zaragoza, San Sebastián, La Gomera, Santiago o Menorca.