El impacto económico de la invasión rusa de Ucrania y las medidas puestas en marcha para afrontar los efectos de la crisis marcaron buena parte de la acción del Gobierno durante el pasado año. El Ejecutivo puso en marcha varios paquetes de medidas para proteger a los consumidores de la crisis energética y la subida de los precios, que alcanzó niveles no vistos en las últimas décadas.
La última anunciada, la eliminación del IVA para un grupo de alimentos básicos de la cesta de la compra y la reducción del que se aplica al aceite y la pasta, es valorada positivamente hasta por un 80% de los españoles. Así lo recoge la nueva entrega del Barómetro de GAD3 para NIUS, en la que se señala que solo un 12% de los encuestados tiene una opinión negativa sobre la rebaja fiscal.
Mejor puntuación, incluso, obtiene la revalorización de las pensiones, que en 2023 subirán un 8,5% tal y como establece la nueva ley y que vincula su incremento a la media del IPC de los doce meses anteriores. Esta subida es aplaudida por más del 84% de los consultados, mientras que apenas uno de cada diez la valora negativamente.
Igualmente obtiene un apoyo mayoritario la subida del Salario Mínimo Interprofesional. Más del 77% de los españoles considera positivo este incremento, cuya cuantía para 2023 debe aún ser fijada por el Gobierno en las próximas semanas.
El Ejecutivo se comprometió a que el SMI, que actualmente se sitúa en los 1.000 euros en 14 pagas, alcanzara el 60% del salario medio al final de la legislatura. Con esta premisa, el comité de expertos para analizar la evolución de esta renta mínima presentó el pasado mes una propuesta con una horquilla de aumento que iba de los 46 a los 82 euros. Los sindicatos han reclamados subidas aún mayores para compensar el alza de la inflación, mientras que la CEOE ha planteado que el incremento se limite al 4% (40 euros al mes), en línea con las subidas salariales pactadas para los funcionarios.
A pesar del respaldo de hasta siete de los encuestados, esta es la medida que obtiene un mayor porcentaje de encuestados en contra. Más del 15% la valora de forma negativa.
A pesar del amplio apoyo a las últimas medidas económicas, la gran mayoría de los encuestados no tiene una buena opinión de la situación económica actual. Un 65% la considera mala, mientras que un 27% la califica como regular y solo un 6,3% defiende que es buena.
Con todo, estos datos muestran un escenario más positivo sobre el momento económico que el que se dibujaba en el barómetro del pasado septiembre. Entonces, eran el 70% los que aseguraban que la situación era mala, cinco puntos más que actualmente. Desde entonces han crecido los que la consideran regular y dos puntos quienes creen que es buena.
Esta visión negativa mayoritaria sobre la economía española contrasta frontalmente con la percepción que los encuestados tienen de la situación económica de sus propios hogares. En este caso, los que la consideran mala son el grupo menos numeroso, suponen el 23,7% (siete décimas por encima del dato obtenido en septiembre).
Por encima de esta cifra, tres de cada diez encuestados (el 28,4%) aseguran que su economía individual es buena (son tres puntos más que a final del verano y supone el dato más alto registrado desde el Barómetro de febrero, publicado justo antes de la invasión de Ucrania), y casi la mitad, un 47%, la evalúan como regular.
Tras un año en el que la inflación llegó a alcanzar el 10,8%, la energía dio muchos quebraderos de cabeza por los efectos de la guerra y los bancos centrales llevaron a cabo subidas de los tipos de interés para controlar los precios con duros efectos para las economías familiares, los españoles se muestran pesimistas respecto a la evolución de diferentes aspectos en 2023.
Así, cinco de cada 10 españoles cree que la situación económica empeorará este año. El 23% opina que mejorará y prácticamente el mismo porcentaje considera que se mantendrá igual.
Pero los pronósticos más negativos de los españoles se focalizan en las posibilidades de acceso a la vivienda, ya que casi un 56% piensa que será peor en los próximos meses. Frente a estos solo uno de cada diez opina que este asunto irá a mejor. Y es que no hay que olvidar que la subida del euríbor más rápida de la historia (ha empezado el año por encima del 3%) y la pérdida de poder adquisitivo de los hogares por la elevada inflación ya apuntan a una reducción del dinamismo en el mercado inmobiliario durante 2023.
Precisamente, sobre la evolución de la inflación, también son mayoría los que opinan que empeorará en el presente ejercicio (hasta casi un 49%). El 25% piensa que se mantendrá igual y dos de cada diez apuntan a una mejoría.
El último dato sobre la evolución de los precios, el avance del mes de diciembre, apuntaba que el IPC se situó a final del pasado año en el 5,8%. Es un punto menos que el mes anterior y supone una reducción de cinco desde los máximos alcanzados en verano. Además, con los datos provisionales, España cerró 2022 como el país de las grandes economías de la zona euro, con menor nivel de inflación.
Menos negativa es la percepción de cómo evolucionarán este año los servicios públicos y el empleo. Solo cuatro de cada diez consultados estiman que la situación de ambos asuntos empeorará en los próximos meses. En el otro lado, casi el 28% de los españoles creen que el mercado de trabajo será mejor, y una cuarta parte dice que la tendencia de servicios como la educación y la sanidad será positiva.
Los datos del primer Barómetro del año señalan que cerca de siete de cada diez españoles consideran que España evoluciona en mala dirección. Lo creen así el 68,8% de los participantes en la encuesta, apenas 1,5 puntos menos que a finales de verano. Piensan lo contrario una cuarta parte, lo que supone, prácticamente, el mismo nivel que entonces.
No obstante, en este diagnóstico hay importantes diferencias dependiendo de la tendencia política de los consultados. Así, mientras entre quienes votaron en las últimas elecciones generales al PSOE, son mayoría quienes se muestran optimistas sobre la evolución del país, llegando a sumar más de un 48% del total. Curiosamente, también es este grupo en el que es más elevado el porcentaje de quienes se muestran indecisos.
Sin embargo, entre los votantes de Unidas Podemos, también en el Gobierno, son más (48,9% frente a 45,2%) los que se decantan por considerar que la evolución de España es mala.
Esa misma opinión, que el país evoluciona de forma inapropiada, es compartida por nueve de cada diez personas que votaron al Partido Popular (91%) o a Vox (92%). Esa visión negativa se sitúa casi en el 83% en el caso de quienes otorgaron su confianza a Ciudadanos y se queda en el entorno del 59% entre los seguidores de los partidos nacionalistas.