A prueba: Ford Ranger Raptor el pick up impactante, capaz, rápido, cómodo y más vendido en Europa
Quizá sea “el coche total” para ir por donde quieras, con quien quieras y con lo que quieras, aunque su tamaño le perjudica algo en ciudad
Es uno de los más capaces todoterreno del mercado, en pistas de tierra es el rey y su conducción en carretera es suave y progresiva
Con ayudas y gadgets magníficos, con un interior cuidado y de calidad y unos consumos menos elevados de lo esperado parte de 68.200 €
El Ford Ranger Raptor que probamos hoy está hecho a la mayor gloria de la automoción. Es decir, del desplazamiento autónomo por antonomasia: por donde quieras, con quien quieras y llevando lo que quieras para llegar hasta donde quieras. Desde luego a este pick up no le asustan las carreteras -luego veremos que se lleva muy bien con ellas- pero además se enfrenta sin ningún miedo a las mayores dificultades del campo como un auténtico todoterreno. Y si se trata de pistas de tierra, ahí es el auténtico rey, rápido, estable y divertido como muy pocos.
Eso sí, no esperen etiquetas ECO ni CERO. Aunque su motor a gasolina de seis cilindros en V nos ha sorprendido por unos consumos más contenidos de lo esperado, el modelo -por ahora- huye de cualquier tipo de electrificación. Y sobre todo lo hace esta versión extrema denominada Raptor, que será la primera que se ponga a la venta en Europa y también en España.
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Cómo es
Todas las pick up en su origen, nacieron como un derivado de los vehículos industriales. En EE.UU. su país de origen se les denomina “trucks” o camionetas, precisamente por ello. Sus dimensiones, pero sobre todo su caja abierta trasera de transporte, las identifican sobradamente. Pero el Ranger Raptor que probamos hoy, a pesar de contar con esa misma genética es un vehículo sofisticado. E incluso fuera de norma, ya que cuenta con un motor a gasolina de seis cilindros en uve, antes relativamente popular y que ahora es prácticamente imposible de encontrar en el mercado.
-Seguimos con el motor para aportar que es un turbo de tres litros de capacidad (1.956 c.c.), con 292 caballos de potencia y 491 newton metros de par de empuje. Con él puede alcanzar los 180 km/h y hacer el 0-100 km/h en 7,9 segundos, un auténtico velocista si tenemos en cuenta que su peso es de 2.529 kilos. No nos faltará nunca motor. Tiene la etiqueta C de la DGT.
-Es enorme, con una longitud de 5,37 metros, por 2,02 metros de ancho y 1,92 metros de alto. Su distancia entre ejes es de 3,27 metros. Es decir, cuidado en los garajes (techo incluido) porque puede que si no contamos con una plaza muy holgada y se nos acercan los coches de alrededor no podamos sacarlo. También hay que contar con ello en calles estrechas.
-Es de cabina doble, es decir, tiene dos filas de asientos. Su caja trasera -coloquialmente denominada “bañera”- mide 1,91 metros de ancho y 1,65 m de largo, pudiendo transportar una carga útil neta de 626 kilos.
-Sus cotas todoterreno son buenas con un ángulo de entrada de 32 grados y ventral y de salida de 24 grados. Su altura libre al suelo es de 26,5 cm, y su capacidad de vadeo (la altura máxima hasta la que puede llegar el agua al atravesar una corriente, por ejemplo) es de 85 centímetros. Aparte de eso cuenta con protecciones de acero de 2,3 mm en diversas partes de sus bajos para proteger el motor, la electrónica y la transmisión.
-Cuenta con una caja de cambios automática de 10 velocidades con levas en el volante. Tiene cuatro modos de tracción. El 2H es la propulsión trasera “normal”, luego cuenta con el 4A que ofrece la propulsión trasera por defecto, pero su sistema puede conectar y desconectar automáticamente la tracción total según las circunstancias de la carretera. A ellos se suma el 4H que es una tracción total permanente solo para firmes deslizantes y una 4L con reductora para aprovechar al máximo la potencia del motor en bajas revoluciones. Además, se pueden bloquear el diferencial delantero y el trasero.
-Sus ayudas a la conducción son muy completas. En ellas se incluye un sistema de avance automático en el que el conductor fija una velocidad entre 2 y 32 km/h y solo tiene que dirigir el volante y usar el freno y el acelerador si lo desea. Aparte de eso tiene cuatro modos de conducción off-road que son: barro/baches, arena, baja (deportivo para pistas) y lento/rocas. Y tiene otros tres para carretera que son normal, deportivo y firmes resbaladizos.
Cómo va
Como decíamos arriba, es quizá el coche total. No tiene las virtudes de un urbano en la ciudad, donde se encuentra algo torpe debido a sus dimensiones. Pero fuera de ahí, en carretera cuenta con la suficiente agilidad, potencia y maniobrabilidad como para viajar sin ningún tipo de problemas. Pero es necesario andar con ojo porque sus dimensiones y su peso le imponen las lógicas limitaciones en carreteras reviradas. Ahí, su muy buena visibilidad supone toda una ventaja, al ir en una posición muy elevada y dominante (ojo a posibles problemas de movilidad de los pasajeros).
Y por supuesto en campo no solo es uno de los mejores todoterreno que podemos encontrar en el mercado, es que además sus condiciones para circular por caminos posiblemente le convierte en el mejor pick up del mercado para ese tipo de terreno. De hecho, es una base perfecta para aquellos que quieran participar con él en rallyes de tierra.
El comportamiento del motor es suave y agradable, nunca va escaso de potencia, pero es progresivo. La caja de cambios de 10 velocidades tiene un buen comportamiento en modo automático, aunque nos resultó un pelín más lenta en manual. Además su mando no nos convenció. Es demasiado suave la transición entre las posiciones de avance, retroceso, parking y no te queda claro en qué “marcha” estás cuando estás haciendo maniobra.
Pero es cómodo de conducir y de “vivir”. Por ejemplo, bajo los asientos traseros tiene huecos para objetos, mientras que los respaldos de los mismos se pueden reclinar para incrementar el espacio de carga. Está muy bien aislado y filtra bien los sonidos exteriores como el de rodadura y el aerodinámico. En cambio el sonido del motor es una de sus grandes virtudes, ya que lo puedes cambiar, contando con un modo “silencioso”, otro normal, otro deportivo y uno “baja”. Estos dos últimos le dan una emoción especial a la conducción y son realmente agradables.
Su suspensión Fox ajustada por Ford Performance -su división deportiva- es excelente. Lee el firme hasta 500 veces por segundo para ajustarse y copiar el terreno de una forma tal que ni cuando estás conduciendo rápido por pistas te molestan los saltos ni los golpes. Todo esto le hace un automóvil sorprendentemente estable, en el que muchas veces los límites son más bien mentales del piloto que no del coche.
En cuanto a la dirección tiene una desmultiplicación muy agradable, sin ser ni demasiado directa, ni tampoco pecar de dureza o de ser en exceso blanda. El volante es grueso, lo que quizá no sea del agrado de quien tenga manos pequeñas.
El interior está muy bien rematado y sus materiales destilan calidad y buena factura, con muchos y grandes huecos portaobjetos. La pantalla del infoentretenimiento va montada en vertical. La de nuestra unidad de prueba tenía 12 pulgadas, aunque la de serie es de 10 pulgadas. La instrumentación digital personalizable cuenta con 12,4 pulgadas y se ve muy bien. Tiene un cargador inalámbrico para el móvil y la conexión del teléfono a Apple CarPlay o Android Auto es sin cable.
Finalmente, sus consumos no son tan elevados como uno podría esperar por su peso y tamaño. Yo me he estado moviendo en tráfico interurbano en los 13,5 l/100 km, en tráfico lento de curvas en carretera en alrededor de los 14,8 litros y en autopista a velocidades legales en el entorno de los 14,2 l/100 km. Esto con un peso de 2.560 kg más dos pasajeros y maletas, habla de unos consumos muy razonables para este motor a gasolina.
¿Interesa?
Este Ranger Raptor parte, de salida, de los 68.200 euros. Sin embargo, con los opcionales como las pegatinas “Raptor” que cuestan 900 € o la tapa retráctil y motorizada de la “bañera” por 2.150 € hacen que el modelo probado alcance los 72.300 euros.
Es cierto que llegarán a nuestro mercado otros Ranger con otras motorizaciones, en principio algunas diésel, que serán más asequibles. Y sí no se trata de un coche barato, pero aún así y dado cómo está el mercado, no nos parece que el precio sea excesivo para todo lo que aporta.
También es cierto que no es un coche para todos. Sobre todo los más urbanitas pueden ir demasiado “sobrados” en determinados momentos en la ciudad, como el de encontrar aparcamiento. Pero es un coche perfecto para excursiones, viajes y también para uso profesional.
Su estética llamativa le hace muy agradable. Es un coche robusto y ofrece esa apariencia, pero no es desgarbado, sino muy equilibrado dentro de sus grandes dimensiones. El interior llega muy bien equipado y es por supuesto muy amplio y cómodo y de la falta de espacio en el maletero no creo que nadie pueda llegar nunca a quejarse.
En campo es una máquina perfecta para llegar a cualquier lugar que sus dimensiones se lo permitan y en carretera su presencia le hace contar con una dosis extra de respeto por parte del resto de conductores.
Además, estamos hablando del que durante siete años ha sido el pick up más vendido de Europa y en EE.UU. su hermano pequeño, el Ford F-150