¿Se imaginan disponer en todo momento de información de tráfico en tiempo real? ¿Cuántos atascos esquivados, sustos evitados y tiempo y gasolina ahorrados? Pues eso es la Plataforma del Vehículo Conectado o DGT 3.0, el último desarrollo de la Dirección General de Tráfico [[[https://www.dgt.es/inicio/]]] para ayudarnos a evitar accidentes y mejorar nuestra experiencia de movilidad. A veces se le ha llamado el “Gran Hermano” de la movilidad, pero “No es así, tajantemente” nos asegura Jorge Ordás, subdirector general de Gestión de la Movilidad y Tecnología de la DGT. “No vamos a tener datos de matrículas ni de personas. Ni los queremos”.
Pregunta: ¿Pretende tener la DGT un control sobre el ciudadano aprovechando la conectividad?
Respuesta: Tajantemente no. No vamos a tener datos de matrículas. La Plataforma del Vehículo Conectado recibe información de por dónde se mueven los vehículos, pero nunca del vehículo que es. Esto ya quedó claro en los pliegos de contratación de hace cuatro años y que llamamos la “anonimización”. Nosotros no queremos recibir datos relacionados con una persona, ni un dato a través del cual podemos llegar a obtener el dato de la persona. Por tanto, esto no tiene nada que ver con la vigilancia, ni se aspira a eso. Esto “va” de que la DGT quiere ayudar al ciudadano a eliminar las sorpresas de la carretera. Avisar cuanto antes lo que está ocurriendo en la vía y lo que se puede encontrar.
P: ¿Por qué sale ahora a la palestra?
R: Porque sacamos una licitación a la que se presentaron varias UTEs (de Unión Temporal de Empresas) y la que resultó adjudicataria fue la formada por Inspide, Kapsch TrafficCom, Pons Mobility y Vodafone.
P: ¿Cuánto durará ese contrato? ¿Cuáles son sus objetivos?
R: Es por cuatro años. Durante los cuatro años previos la hemos estado consolidando y ahora iniciamos el proceso de expansión.
P: ¿Por ejemplo?
R: Lo primero será poner en marcha el proyecto de la luz de incidente V16. Esta luz con radio baliza se conectará con la DGT para dar información de que hay un problema en un punto exacto. Llega para sustituir a los triángulos en la carretera, que suponían muchas vidas perdidas todos los años. Con ello se podrá avisar al resto de conductores. Su decreto ley ya ha sido publicado y a partir de ahí ya se puede comercializar.
P: ¿Ayudará a los conductores con las Zonas de Bajas Emisiones?
R: Sí. Estas 150 zonas de bajas emisiones -que tienen que crearse por ley en las ciudades de más de 50.000 habitantes- van a tener que estar geolocalizadas. Desde la DGT queremos dar información a los ciudadanos que quieren entrar en ellas de que se acercan a una ZBE.
P: ¿Solo el aviso?
R: Y dar información sobre la ocupación de todos los parkings de España. Para ello estamos hablando con las principales empresas para que nos envíen en tiempo real esa información. Así si un ciudadano va de A a B sabrá si va a poder aparcar allí o que su navegador le redirija a un parking en el que sí pueda dejar su coche. Esto evitará que esté dando vueltas y formando parte de ese “tráfico de agitación” que supone el 30% del tráfico de la ciudad y que genera mucha congestión, emisiones, etc.
P: La idea anterior de las ZBE ¿se podría aplicar a la información sobre puntos de recarga para coches eléctricos?
R: Sí, la Ley de Cambio Climático dice explícitamente que la DGT informará de la ubicación de los puntos de recarga de toda España. Estamos a la espera de que nos los proporcione el Ministerio de Transición Ecológica, que es por ley el encargado. Será uno de los datos que se incorporen.
P: ¿Se podrá aplicar la conectividad a otras cosas?
R: Sí. Podremos conectar los conos de las obras, por ejemplo. Así, los operadores estarán más protegidos, porque el primer cono lleva una luz y está conectado. Será visible desde más distancia y la DGT tendrá la ubicación de la obra y podrá -a través de los paneles de mensaje variable o a través de la plataforma de vehículo conectado- enviar esta información a los usuarios de la vía. Otro ejemplo, los trabajadores de las grúas. Ya tenemos a todas las grúas de España geolocalizadas, así cuando un trabajador de una grúa está trabajando en carretera, podemos advertir a los conductores. También avisar de cortes o desvíos en zonas escolares...
P: Parece que todo esto dependerá muchísimo del 5G. ¿Está Vodafone ahí para aportar esta parte?
R: No. Esto depende de las tecnologías celulares, sí. Pero la gran diferencia entre España y el resto de Europa es que mientras ellos han estado esperando a que llegara el 5G, nosotros no. Pensamos que para los casos de uso que tengan que ver con la Seguridad Vial, no necesitamos tener 5G, con tener 3G o 4G es suficiente. La ampliación del ancho de banda o la reducción de los tiempos de latencia (“respuesta”) que ofrece el 5G son algo muy positivo, pero por ahora no lo necesitamos. Cuando llegue, será bienvenido, pero no vamos a estar esperando a que llegue la tecnología perfecta.
P: ¿A qué nivel nos sitúa esta plataforma frente a Europa?
R: Somos líderes en esto. Es por la decisión que adoptamos hace cinco años cuando redactamos el primer pliego. Apostamos directamente por tecnología celular, mientras la mayoría de los países de la UE lo hicieron por llenar la carretera de pequeñas balizas que fueran mandando información. Vimos que aquello no iba a ser sostenible ni en términos de mantenimiento, ni económicos, ni iba a ser desplegable a toda la red de carreteras. La apuesta fue correcta, lo que hace que vayamos con cierta ventaja. También asumimos la presidencia del grupo de trabajo de la Unión Europea que se dedica a estudiar hacia dónde va la conectividad, que se llama “Data for Road Safety” (algo así como “Datos para la seguridad en carretera”).
P: ¿Quién va a poder tener acceso a esos datos? ¿Trascenderán estos datos a empresas tecnológicas, fabricantes, talleres...?
R: Nosotros nos dedicamos a la Seguridad Vial. Y el dato que te guardas no salva vidas. Nuestra obligación es dar la mejor información y darla gratuitamente. Nosotros conseguimos información de distintas fuentes. Tenemos 7.000 elementos en carretera que están constantemente proporcionando información a los centros de datos de tráfico. 9.000 agentes de la Guardia Civil nos informan sobre cosas que pasan en la vía. Y luego tenemos la Plataforma DGT 3.0 que capta otro tipo de información. Al final llegamos a tener un millón de informaciones que nos llegan cada año y tenemos que ser capaces de separar el grano de la paja. ¿Cómo la publicamos? En tiempo real, porque en esa información importa el momento en el que sucede; con carácter gratuito y a través del punto de acceso nacional de información de tráfico, para que todas las aplicaciones puedan conectarse.
P: ¿Cualquiera puede verla entonces?
R: Sí. Hay dos formas. Una a través de la página web de la DGT, donde tenemos un mapa con todas las incidencias. La otra es un sistema al que cualquiera que quiera puede conectarse y consumir un fichero de datos estándar en lenguaje HTML, pero que a la vez utiliza un formato concreto que es el formato DATEX2, que es el formato que exige la UE para este tipo de comunicaciones. Así que lo hemos hecho sujeto a los estándares de la UE, gratuito, público y en tiempo real.
P: ¿Todos pueden beneficiarse de ello y darle el uso que desee?
R: Para nosotros lo importante es que llegue a los ciudadanos. Puede haber una empresa que construya un sistema de un enorme valor añadido, con una usabilidad tremenda y muy atractivo y que haya ciudadanos que estén dispuestos a pagar por el dato. También habrá empresas que lo darán directamente o lo usarán como consideren y tendrán que competir en el mercado. Pero a mí como DGT me da igual que el ciudadano desee pagar por el dato o no. Para nosotros lo importante es que el ciudadano sepa lo que pasa en la carretera. No me importa cómo le llegue el dato, lo que queremos es que si hay un accidente dentro de 200 metros o un derrumbamiento o si es un vehículo antiguo y va a meterse en una zona de bajas emisiones, avisarle con tiempo para que no vaya a meterse en un problema. Que le llegue una alerta al ciudadano por donde sea. Es nuestra visión.
P: ¿Qué coste estiman que va a tener esta Plataforma?
R: El desarrollo completo estará por debajo de los cuatro millones de euros. Pero ya llevamos dos contratos, el primer contrato del montaje y el segundo del despliegue, es decir ocho millones. Ahí entra todo el servicio, el alquiler de toda la infraestructura, el personal que ha hecho los desarrollos, la participación en grupos europeos... Más o menos un millón por año. Creo que es un coste razonable en relación con su “productividad”.
P: ¿Es este el proyecto que más te gusta de todo lo que hace en la DGT
R: Sin duda. A ver llevamos muchas cosas, los helicópteros, los centros de gestión, el catálogo de señales del que se va a aprobar también la unificación de señales... pero el proyecto más innovador y que más potencia tiene para crecer y para aportar a la Seguridad Vial es sin duda este. Todo lo que se podía hacer en Seguridad Vial se ha hecho. Sin embargo este es un nuevo campo abierto, muy potente, que nos va a permitir dar servicios de Seguridad Vial y de movilidad de calidad. Y el ciudadano sin duda verá a la DGT como un compañero de viaje y no como una amenaza.