Por qué está cayendo tanto el precio del gas: "Nos sale por las orejas"
El precio del gas en España es ahora ocho veces más barato respecto a los máximos marcados este verano
Los almacenes están prácticamente llenos y la demanda no es capaz de absorber el ritmo de llegada de barcos cargados de GNL
Una decena de buques gaseros esperan fondeados frente a la Bahía de Cádiz
Después de 12 días de travesía por el Atlántico, La Mancha Knutsen llegó la madrugada del miércoles a Cartagena. El metanero de bandera española venía cargado de gas licuado desde un puerto de Texas. Ha tenido más suerte que el NFE Grand, que partió el mismo día desde el Golfo de México. ¿Destino? No lo sabe. Está 'For Orders'. Es la forma de decir que espera al mejor postor para poder fijar rumbo.
Una decena de estos metaneros espera anclados frente a la costa gaditana. Todos están también 'For Orders'. El coste de mantener el barco cada día operando en el mar ronda los 80.000 euros. De repente nos encontramos con una situación en la que "nos sale el gas por las orejas", comenta un experto.
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Las reservas de este combustible superan el 92% en nuestro país. No queda ya tanta capacidad libre para seguir almacenando gas, aunque algo de espacio hay si nos comparamos con otros países donde incluso se ha alcanzado el 100%.
La llegada de más gas a España vía barco se está encontrando de repente con este cuello de botella que pocos imaginaban hacen tan solo unos meses. No es ya solo que no quede mucho más sitio donde guardar, es que la demanda tampoco facilita la situación. "Las plantas regasificadoras (que transforman el GNL a estado gaseoso de nuevo) están trabajando a su máxima capacidad y su salida es lenta porque los almacenes están llenos y la demanda no lo está absorbiendo", explica un informe de Grupo ASE. No hace frío todavía en las casas como para encender la calefacción y además la industria sigue sin recuperar niveles normales de consumo de este combustible.
"El consumo en industria y hogares ha caído un 32% en lo que llevamos de octubre. El dato es ligeramente mejor que el de septiembre pero se trata de un hundimiento superior al registrado durante los peores meses de la pandemia", apunta el análisis del Grupo ASE.
La ley de la oferta y la demanda queda perfectamente retratada en esta evolución del precio en nuestro país: este miércoles el Mibgas era ocho veces más barato respecto al máximo histórico registrado en agosto. Y todo ello a las puertas del invierno, el periodo de mayor consumo.
¿Vamos a seguir viendo estos precios? Es posible que la tendencia se mantenga en las próximas semanas si continúa la debilidad del consumo en la industria, mejora la producción de energía eólica (la temporada alta del viento es el otoño) y sigue llegando el mismo ritmo de barcos cargados de GNL a los puertos. En septiembre las descargas de buques aumentaron un 42% respecto al mismo mes del año pasado. Pero no se espera que se mantenga tampoco el resto del invierno.
Buenas noticias para el consumidor eléctrico
La trepidante caída del gas que estamos viendo los últimos días se ha trasladado al mercado eléctrico, que registra precios que no se veían desde hace un año. En lo que llevamos de mes de octubre, la media de la luz ronda los 207 euros/MWh para los consumidores en el mercado regulado. Supone un abaratamiento del 35% respecto al mes de septiembre. De continuar así, es posible que por primera vez este año nos situemos con un coste de la electricidad por debajo del que se registraba en 2021, tal y como se observa en la gráfica.
Es más, el tope al gas no ha tenido que aplicarse los dos últimos días. Si en los mercados el precio del gas baja de los 40 euros MWh no hace falta activar ni compensar nada. Eso abarata la luz porque no hay que pagar a las centrales de ciclo combinado por el coste del gas que gastan. Es tan barato que no es necesario.
El factor industria vuelve a pesar
Sin embargo, en contra de todo pronóstico, esta caída del gas no facilita la situación a la industria, que sigue sin recuperar su consumo. Este hueco en la demanda no ayuda a dar salida a la carga de los metaneros que hacen cola frente a la costa española.
Las plantas de cogeneración asociadas a procesos industriales se reactivaron muchas el 1 de octubre pero están volviendo a parar. Desde este mes el Gobierno les permite acogerse al mecanismo de compensación de la excepción ibérica (al fin y al cabo consumen gas como las centrales eléctricas y generan electricidad para el sistema). Pero estas 600 pequeñas plantas eléctricas, que alimentan a empresas que representan el 20% del PIB según la asociación ACOGEN, han tenido mala suerte.
"Hemos entrado en el mecanismo justo cuando ha empezado a caer el precio de este combustible. El gas barato es una buena noticia en función del índice al que tengas ligado tu contrato", explica Javier Rodríguez, director general de ACOGEN. Y resulta que cerca del 70% de la industria tiene precios referenciados al TTF (el índice holandés) y este no ha caído tanto como el Mibgas español.
¿Qué ocurre? Que el diseño de la excepción ibérica se fija en lo que ocurre en el mercado ibérico. Si resulta que el Mibgas cae tanto que no da derecho a recibir compensación, las plantas de cogeneración dejan de ingresar ese dinero pero siguen pagando a precios elevados el gas porque su referencia es lo que ocurre en el mercado holandés. "Nos hemos metido en el mecanismo y ahora no funciona para nosotros", se lamenta Rodríguez. El factor energético vuelve a convertirse en una amenaza para el empleo de todas estas empresas que apostaron por la cogeneración.
A la hora del cierre de esta noticia, el NFE Grand seguía "For Orders" navegando a 25 kilómetros/hora aparentemente dirección Barcelona. Quizá para probar más suerte en otra planta regasificadora con menos cola para descargar el gas.