Se acabó la caída de los carburantes: los precios repuntarán tras el anuncio de recortes en la producción de petróleo
La decisión de la OPEP+ de reducir la producción de crudo lleva al diésel a su nivel más alto en tres meses en los mercados internacionales
El petróleo Brent se ha encarecido cerca de un 10% en la última semana y cotiza en el entorno de los 97 dólares por barril
Desde la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio prevén que los precios de los carburantes vayan al alza en los próximos meses, salvo que una recesión global frene la demanda
La caída del precio del gasóleo y la gasolina que se mantiene desde que en junio alcanzara su nivel máximo tiene los días contados. La decisión de la OPEP+ de reducir la producción de petróleo en dos millones de barriles al día a partir de noviembre ya se está dejando sentir los mercados internacionales de refino. En ellos el diésel alcanzaba el pasado miércoles, tras el anuncio de los principales países productores de crudo, su precio más elevado de los últimos tres meses.
“Ese mismo día, el precio de compra que pagamos las estaciones de servicio ya subió seis céntimos por litro”, explica Nacho Rabadán, director general de la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (CEEES).
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Y es probable, dice, que la cosa vaya a peor en los próximos meses, porque no hay diésel suficiente como para abastecer la demanda mundial y se juntan muchas otras circunstancias que añadirán más tensión a los mercados del crudo.
Menos petróleo y… ¿menos demanda?
El recorte anunciado por la OPEP+ (los principales exportadores de petróleo del mundo) se debe, según la organización, a la necesidad de ajustar la producción a un entorno de desaceleración económica motivado, sobre todo, por las subidas de los tipos de interés. Así, se espera que esas perspectivas de recesión, también relacionadas con la situación de China, reducirán la demanda de crudo en los próximos meses.
Lo cierto es que el precio de esta materia prima llevaba desde principios de septiembre por debajo del nivel que tenía antes de la invasión de Ucrania, y registraba una caída de hasta un 30% respecto a los máximos que alcanzó en junio, cuando el barril de petróleo Brent, de referencia en Europa, se situó en los 123 dólares. En la última semana, tras el anuncio de la reducción de la producción, acumula una subida superior al 10% y cotiza sobre los 97 dólares.
Aunque la rebaja anunciada es de dos millones de barriles al día, en la práctica, el impacto será inferior ya que varios de los países de la organización no estaban pudiendo cumplir con sus cuotas de producción. Así que el recorte, en realidad, será del entorno de 1,1 millón de barriles (una cifra muy cercana al consumo diario de petróleo en España).
“Sin que el recorte sea tan brusco como podía parecer, hay un condicionante político que sí podría tener consecuencias económicas serias. Ya que esas reducciones se distribuyen entre los diferentes miembros de la OPEP+ y lo que vemos es que Rusia y Arabia Saudí, el principal productor, han pactado realizar el mismo recorte. Exactamente el mismo, hasta la última coma. Esto podría estar enviando de un mensaje de unión de los dos países ante posibles decisiones de Occidente. Y no tenemos que olvidar que tienen, en conjunto, una capacidad de producción de 21 millones de barriles de petróleo diarios”, reflexiona Rabadán.
Más problemas en unos mercados ya tensionados
La decisión de la OPEP+ es una gota más en un vaso en el que desde hace meses se está produciendo una auténtica tormenta que ha llevado los precios de los carburantes hasta los niveles más altos de la historia.
Por un lado, los mercados internacionales de refino se han desacoplado de la evolución de los precios del petróleo, su materia prima, por varios motivos:
- Los cuellos de botella que se han producido en las refinerías como consecuencia de la recuperación tras la pandemia.
- Los recortes en el suministro por la guerra de Ucrania.
- Caída de la producción por las menores inversiones en el sector derivadas de la transición hacia una económica menos dependiente de los combustibles fósiles.
Esto ha provocado un aumento del precio del gasóleo que ha llevado a los productores de Estados Unidos a tratar de maximizar su producción para venderla en Europa (gran consumidora de diésel y deficitaria en 1,3 millones de barriles al día de este producto). Como consecuencia de ese aumento de las exportaciones, los inventarios en EEUU se han reducido hasta niveles tan bajos que secretaria de Estado de Energía, Jennifer Granholm ya ha puesto sobre la mesa una posible limitación de las exportaciones para reponerlos.
Se trata de una posibilidad, todavía no aprobada, que trata de evitar que los precios de los combustibles suban justo a las puertas de las elecciones de mitad de mandato que se celebrarán en noviembre. La iniciativa, de momento, ya ha sido duramente criticada por las asociaciones de productores de productos petrolíferos estadounidenses.
Y por si todo esto no fuera suficiente, el mercado tendrá que afrontar en los próximos meses la entrada en vigor en diciembre del veto de la UE al petróleo ruso, que se ampliará en febrero a los productos refinados.
Con todo este escenario, pronostica el experto, es prácticamente inevitable una subida de los precios del crudo que impulsará también el de sus productos derivados. “Lo previsible es que suba el precio del gasóleo y la gasolina en las estaciones de servicio, a no ser que se produzca una recesión a nivel global que reduzca la demanda. Incluso una recesión que afectara solo a Europa podría no ser suficiente para que la cotización internacional bajara, si al mismo tiempo el consumo de China despega tras las políticas de cero covid”, pronostica el responsable de CEEES.
Subidas en las gasolineras
De momento, la repercusión en el surtidor de la decisión de la OPEP+ supondrá romper la tendencia descendente en el precio de los carburantes durante el verano (salvo un repunte a finales de agosto) ha llevado a que tanto gasolina como gasóleo estén ya en los 1,676 y 1,808 euros por litro, respectivamente, según los últimos datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea. Esto supone que ambos carburantes se han situado por debajo de los niveles que marcaban cuando se decidió aprobar la bonificación de los 20 céntimos para reducir el impacto en los consumidores de la guerra en Ucrania.
El Gobierno ya ha señalado que el próximo mes evaluará las medidas adoptadas para aliviar la subida de los precios y decidirá cuales de ellas se prorrogan más allá del 31 de diciembre.