En septiembre, y por primera vez desde marzo de 2021, España ha pasado a tener un diferencial de inflación negativo respecto a la Eurozona. Según los datos avance de Eurostat, los precios están subiendo 0,7 puntos menos que la media de estos países.
Y, por primera vez en muchos meses, los Índices de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) de Alemania (10,9%) e Italia (9,5%) son más elevados que el nuestro (9,3%).
Pero durante el último año y medio este diferencial ha sido siempre positivo. En agosto, de 1,4 puntos, lo que situaba la inflación de España como la más alta entre las principales economías de la zona euro, con una tasa interanual del 10,5%, frente al 9,1% de Italia, el 8,8% de Alemania o el 6,6% de Francia.
Y, si se analiza en detalle la evolución de los productos que componen la cesta de la compra de estos cuatro países encontramos muchos artículos cuya subida de precios en España supera con creces la de sus socios europeos.
Eurostat publica 187 subclases de productos con datos de agosto para estos cuatro países –los de septiembre aún no están disponibles–. Y en 55 de ellas (tres de cada diez), España presenta los mayores aumentos al comparar los precios de agosto de este año con los del mismo mes de 2021.
Esta proporción es aún mayor si sólo tenemos en cuenta las agrupaciones de productos de alimentación. En una de cada tres, la subida de precios en España supera las de Alemania, Francia o Italia. Y estamos hablando de artículos básicos en la dieta familiar.
Uno de ellos es la fruta fresca. En el último año su precio ha subido un 12% en España, cuatro veces más que en Francia o Alemania. En toda la Unión Europea sólo ha aumentado más en Eslovenia y Eslovaquia, donde los incrementos se sitúan en torno al 13%.
En el caso de las patatas el aumento del 15% triplica al registrado en Alemania. Y es casi 14 veces superior al experimentado en Francia.
La verdura también ha subido mucho más en España que en Italia o Alemania. Por no hablar de Francia, donde su precio apenas se ha incrementado un 0,5%.
En el caso de los huevos, el aumento de precios también es mayor aquí, llegando a duplicar el registrado en Francia.
Harinas, cereales, pasta, marisco congelado, mermeladas, miel, salas, condimentos, comida para bebé y sal también presentan subidas mayores en España que en las otras tres principales economías del euro.
Resulta llamativo que un producto tan nacional como el aceite de oliva ha subido casi el doble (13%) que en Italia (7%), principal competidor europeo de España en este mercado.
En otros artículos principales de la cesta de la compra, como queso, yogures, leche, carnes de ave, cerdo y vaca o pan España no lidera los aumentos, pero es el segundo país donde más se encarecen.
Y, aunque hay pocos, algunos artículos de la cesta de la compra están evolucionando mejor en España. Así, el pescado fresco está subiendo a un ritmo similar al de Italia, pero 1,6 veces menos que en Francia o Alemania. Y el arroz, la mitad que en Alemania o Italia.
España también lidera las subidas en el té, con un incremento del 13%, tres veces mayor que el de Italia, Francia o Alemania. El precio del café sólo sube más en Alemania.
Y, si llamaba la atención el aceite de oliva, lo mismo sucede con el vino. Se ha encarecido un 8% en un año, frente al 5% en Francia o el 4% en Italia, ambos países también grandes productores.
Por su parte, la cerveza ha subido el doble que en Italia y casi dos veces más que en Francia. La cerveza sin alcohol se ha encarecido un 11%, frente al 5% en Alemania. Y nuestro aumento de precio de bebidas espirituosas duplica al de Francia.
Si pasamos del mercado al domicilio España también lidera las subidas interanuales de precios en muebles, lavadoras, secadoras, lavavajillas, cristalería, plantas y flores.
Y en servicios como audífonos, médicos especialistas, dentistas y veterinarios, así como en productos para mascotas.
Aunque en los últimos días el precio de la electricidad se está moderando, en el último año ha subido un 61% en España, según los datos de Eurostat.
Este incremento es casi cuatro veces mayor que el de Alemania y supera en ocho veces al de Francia. Eso sí, es menor que el de Italia, donde la luz se ha disparado un 103%.
El precio de los automóviles nuevos está subiendo en España el doble que en Italia o Alemania. También se están encareciendo a mayor ritmo las motocicletas, los neumáticos y los repuestos.
El incremento del coste de los alojamientos duplica los de Francia o Alemania y el de la joyería multiplica por dos el de nuestro vecino galo. Los seguros también están aumentando más para los españoles, sobre todo los de salud.
Los artículos para bebés están subiendo a un ritmo cercano al 5%. En Alemania menos de un 2%. En Francia y Italia están bajando.
En el otro extremo de edad, las residencias para mayores se están encareciendo casi un 5%, frente a menos del 2% en Italia y Francia. En Alemania son un 3,5% más baratas que hace un año.
Por fortuna, no toda la cesta de la compra española se está encareciendo más que la de las mayores economías de la zona euro. Hay excepciones.
Entre ellas, el gas natural. Aunque ha subido casi un 24% en un año, este aumento es menos de la mitad del sufrido en Alemania o Italia (60%).
El vestido y calzado también han evolucionado mejor en España. La ropa de mujer y hombre ha subido un 0,5%, frente a incrementos entre el 3% y el 4% en Italia o Francia. En zapatería sólo Italia ha subido menos sus precios.
La mayor ventaja competitiva para España en el último año la encontramos en los ordenadores personales. Mientras que aquí han bajado casi un 5%, en Francia se han abaratado un 3% y en Italia un 1%. En Alemania, en cambio, han subido un 8%.
Los precios de periódicos, relojes o bicicletas también van mejor en España. Y lo mismo sucede con el transporte aéreo de pasajeros.
Las líneas aéreas han aumentado precios un 15% en España. Y, aunque es más que en Alemania (12%), queda lejos del 40% que se ha encarecido el avión en Francia o el 85% que se ha disparado en Italia.
Habrá que ver si el cambio de tendencia en el diferencial de inflación de España con la Eurozona se consolida en los próximos meses, ya que mientras los precios de nuestra cesta de la compra no se abaraten en mayor medida que en estos países, o suban menos, seguiremos teniendo una desventaja competitiva con ellos.
Y, como hemos visto, las diferencias en algunos productos básicos son más que notorias.