Entre ocho y nueve meses. Ese es el tiempo en el que el Gobierno calcula que podría estar listo el gasoducto con el que se podría duplicar nuestra capacidad de transporte de gas hacia Europa; algo que resultaría crucial en el contexto marcado en estos momentos por la guerra en Ucrania impulsada por Vladímir Putin y la necesidad de abandonar la dependencia del gas ruso. Para ello, el Ejecutivo liderado por Pedro Sánchez pide la implicación de la Unión Europea en su financiación, dado que el gasoducto, el conocido como Midcat’, una conexión que se planteó como la prolongación de la línea de conducción de gas que va desde Argelia a Almería y llega a la provincia de Girona, cuyo proyecto quedó paralizado en 2019, quedando 226 kilómetros pendientes de construcción, puede tener de un valor estratégico fundamental.
A la alturade Hostalric, en Girona, empieza ese tramo que ahora podría ayudar a que Europa cumpliese ese objetivo tan perseguido: ser más independiente de Rusia. Desde el principio, presentó distintos problemas, como el impacto medioambiental y los altos costes derivados. Así, fue en 2019 cuando la infraestructura encalló definitivamente por su falta de rentabilidad. Entonces, el gas ruso era mucho más barato que el gas natural licuado, pero la situación ha cambiado, y especialmente la de Alemania. Por eso, su canciller, Olaf Scholz, pide a gritos que se vuelva a reactivar el Midcat, lo que efectivamente duplicaría la capacidad actual del abastecimiento, siendo España pieza fundamental.
“Se convertiría en la puerta de entrada de gas natural a Europa”, explican los expertos.
Según Teresa Ribera, vicepresidenta tercera y Ministra de Transición Ecológica, en ocho meses todo estaría listo con el apoyo de Europa: “Si bien hasta ahora hemos estado viviendo esta situación prácticamente en solitario, en conversación bilateral con Francia, un mayor interés por parte del resto de los gobiernos de los Estados miembros ayuda”, explica.
A este respecto, Ribera recuerda que el trabajo continúa al otro lado de los Pirineos, añadiendo: “Tiene poco sentido que nosotros corramos mucho si del lado francés aquello se convierte en un callejón sin salida porque no hay manera de evacuar ese gas”.
En cualquier caso, la solución no llegaría para este invierno. A corto plazo, –dos o tres meses–, solo se podría ampliar la capacidad de la interconexión que ya existe, a través de Irún y Larrau, con un compresor adicional que al menos aumentaría en un 20% la capacidad.