“Aunque usted pueda pagarlo, España no puede”: las medidas de ahorro energético que España tomó en la crisis de los 70
El límte de velocidad en carretera y el cambio horario en verano, dos medidas de ahorro energético heredadas de la crisis petrolífera de los 70
España se ha comprometido ante la UE a reducir un 7% su consumo de gas natural
Ahora y entonces el Gobierno ha decidido suavizar el impacto de la subida de los combustibles en los consumidores
Guerra, crisis energética, inflación fuera de control, medidas de ahorro eléctrico, subvenciones para amortiguar la escalada vertiginosa de los precios del combustible… La historia no se repite, pero a veces rima, que decía Mark Twain. Lo que está sucediendo en 2022 nos trae ecos de las crisis petrolíferas de los 70. Si entonces fue la venganza árabe por la guerra del Yom Kippur, ahora es el precio de la guerra de Ucrania. Y si ahora el Gobierno fija la temperatura en interiores e impone el apagón nocturno de monumentos y escaparates, en los 70 también se tomaron medidas que aún siguen entre nosotros: limitar por primera vez la velocidad de los turismos en carreteras y aplicar el cambio horario entre verano e invierno.
La guerra de Yom Kippur desata la crisis del petróleo
El 6 de octubre de 1973, día de la festividad judía del perdón o Yom Kippur, los países árabes con Egipto y Siria a la cabeza quisieron tomarse la revancha por la humillante derrota que los israelíes les habían infligido seis años antes en Guerra de los Seis Días. Los ejércitos árabes les pillaron por sorpresa, aunque al final Israel consiguió frenar la ofensiva.
La guerra sólo duró 19 días, pero desencadenó un tremendo impacto en la economía mundial. Los países árabes impusieron un embargo petrolífero progresivo a EE.UU. y sus aliados occidentales con el pretexto de su apoyo a Israel. El precio del barril se multiplicó por cuatro en solo tres meses y pese a la “tradicional amistad hispano-árabe”, tan cacareada por el régimen franquista, España no salió indemne.
La respuesta de la España de Franco
En un primer momento, el último Gobierno de Franco intentó amortiguar el encarecimiento del petróleo. “Se trató de que los españoles no nos enterásemos de que la crisis existía”, escribió años después el economista Enrique Fuentes Quintana. El Estado asumió el sobrecoste basándose en la creencia de que la subida de los precios del petróleo sería pasajera. De esta manera, aunque el petróleo se disparó un 400% en el mercado internacional, los españoles sólo notaron una subida del 20% en la gasolinas y el fuel. La llamada entonces "política compensatoria" le costó al Estado el 35% de sus ingresos por la venta de derivados del petróleo, según el economista Carles Sudriá.
Velocidad límite y adelanto horario
La economía española era adicta al petróleo. El 70% de todo el consumo energético se generaba con crudo –ahora ronda el 44%. El petróleo importado por España en 1974 aumentó un 6%, pero su coste se triplicó y lo pagó en buena medida el Estado. Sólo el petróleo elevó un 50% el déficit comercial. Como diría aquella campaña que se puso en marcha en 1976, “aunque usted pueda pagarlo, España no puede”. El combustible subvencionado alargó la adicción, a diferencia de lo ocurrido en otros países que trasladaron en mayor proporción la subida del precio a sus ciudadanos.
Fue el 5 de abril de 1974 cuando el Consejo de Ministros aprobó dos medidas de ahorro energético que aún perviven: por primera vez se impusieron límites de velocidad a los turismos –sólo existían para el transporte de mercancías- y se reinstauró el adelanto horario en verano como hicieron otros países.
¿Fueron medidas efectivas? “El cambio horario es dudoso, depende de las costumbres de cada país, y algún estudio apunta que ahora mismo está siendo contraproducente”, dice el profesor del CSIC, Antonio Turiel. “En el caso de la limitación de la velocidad, sí que se produce un ahorro”. La velocidad máxima en las escasas autopistas de la época se fijó en 130 km/h y en carreteras a 90 km/h. En 1976, la máxima se redujo aún más, a 100 km/h.
Por cierto que en 2011 el Gobierno de Zapatero retomó la idea al rebajar la velocidad máxima, de 120 km/h a 110 km/h, aunque el ahorro final de combustible fue menor del previsto. Turiel recuerda que en los 70 España no llegó a aplicar medidas a las que sí recurrieron otros países como limitar con la regla par/impar la circulación o la compra de gasolina: los coches de matrículas pares pueden hacerlo los días pares y se alertaban con los impares en días impares.
Apagar luces para ahorrar gas
¿Servirán las actuales medidas para ahorrar? “Hay cierta confusión porque hablamos de ahorro energético y de lo que tenemos que hablar es de ahorro en las distintas energías. Ahora lo más acuciante es el gas”, señala Antonio Turiel. Estima que las medidas adoptadas reducirán el consumo de gas a lo sumo en un 1%. La reducción del 7% a la que se ha comprometido España con Europa vendrá sobre todo de la caída que se ya se está produciendo en el consumo industrial por los elevados precios del gas natural. “Son medidas todavía tímidas, pero es lógico que se tomen porque Alemania y Francia hace tiempo que lo están haciendo”, comenta el profesor del CSIC. “Pero el ahorro del 15% se queda muy corto para cubrir todo lo que venía de Rusia. Habrá más medidas en Europa y en España”.
Subvencionar los combustibles: ¿un error?
Repercutir a los ciudadanos la verdadera subida de precios sería el principal incentivo para ahorrar, recordaban esta semana desde el Fondo Monetario Internacional, pero tiene un alto coste económico, social (y electoral). ¿Estamos repitiendo el mismo error que en los 70? “No tiene mucho sentido que subvenciones el combustible a menos que sepas que el problema es transitorio, pero este problema con el gas y también el petróleo ha venido para quedarse, aunque se supere la guerra de Ucrania”, señala Turiel.
A diferencia de los años 70, el petróleo no se ha multiplicado por cuatro y ahora, al menos, está dando un respiro. De los 120 dólares el barril ha bajado al entorno de los 90. ¿Será temporal? ¿Por temor a una recesión? Nadie se atreve a hacer pronósticos con un mapa geopolítico tan inestable en Ucrania y en Taiwan.
La erosión del poder sindical y la inflación
En los años 70, la crisis del petróleo llevó a un largo período de alta inflación. En España rozó el 30% en 1977. La subida de los precios de la energía ha resucitado de nuevo el espectro de la inflación, pero las circunstancias han cambiado. Recuerda un estudio reciente del BCE que el poder negociador de los trabajadores no es comparable al que ejercían los poderosos sindicatos en los años 70. La traslación de las subidas de precios a salarios en una espiral inflacionaria, dicen, es más complicada.