La conexión entre el tope al gas y el chorizo, la leche, los azulejos y el cartón
Sectores como el agroalimentario, químico, cerámico y textil utilizan plantas de cogeneración en sus industrias para generar calor y electricidad
La mitad de estas instalaciones de cogeneración están paradas porque no les salen los números desde que se aplica el "tope al gas"
En tiempos normales, el 11% de la electricidad que consumimos viene de plantas de cogeneración. Actualmente está en el 5%
El chorizo, la leche, el azúcar, la cerveza, el chocolate, el papel, los azulejos, el petróleo... Todos estos productos necesitan calor en sus procesos de producción. Empresas como El Pozo, Central Lechera Asturiana, Damm, Nestlé, Torras Papel, Pamesa o Repsol invirtieron hace años en la construcción de plantas de cogeneración junto a sus fábricas para obtener la energía térmica que necesitaban. Estas instalaciones se alimentan con gas y, a diferencia de una central eléctrica convencional, la cogeneración permite generar kilovatios y aprovechar el calor al mismo tiempo. Desde que entró en vigor la excepción ibérica --el llamado 'tope al gas'--, la mitad de estas pequeñas centrales de energía ha decidido parar.
¿Por qué? El mecanismo del Gobierno limita el precio que reciben todas las instalaciones que generan electricidad. Por eso se habla de tope. Pero unas plantas se libran de ese límite: las que utilizan gas como combustible. A estas los consumidores les compensamos a diario en función de lo que hayan producido y la cotización que marque el combustible en España. La cuestión es que la medida solo incluye a los ciclos combinados --las grandes plantas térmicas propiedad de las eléctricas--, pero no a las centrales de cogeneración de la industria.
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- A las primeras se les pagó el gas en junio a 112 €/MWh.
- A las segundas se les reconoció un coste del gas de 50 €/MWh.
- El combustible y la referencia de mercado en ambos casos es exactamente igual.
¿Qué ha ocurrido? Que la mitad de la cogeneración ha parado en nuestro país en los últimos días porque no les salen las cuentas. Y este mes de julio todavía no saben a qué precio les pagará el sistema el gas. Todo arrancó el día que empezó a funcionar el 'tope al gas'.
"Pedimos que se nos reconozca el mismo precio que a la competencia", explica Javier Rodríguez, director general de la Asociación Española de Cogeneración (ACOGEN). "Ya hay dos industrias que han presentado un ERTE por la situación de la cogeneración. Una herramienta que antes era de competitividad se ha convertido en un lastre". La inversión en cogeneración permitía a las empresas reducir su factura energética: en función de sus necesidades y precios decidían vender más o menos electricidad al sistema y obtenían unas rentas. Ahora esos ingresos están limitados por el funcionamiento de la excepción ibérica.
- Si no cubren lo que les cuesta comprar el gas, entonces no vierten electricidad. Se apaga la cogeneración y el calor que necesitan sus procesos industriales se obtiene de otra manera.
- El 20% del PIB del sector industrial se fabrica con cogeneración, según esta ACOGEN, que ha recurrido a la Comisión Europea porque considera que se les está discriminando.
- También hay hospitales públicos e instalaciones como el aeropuerto de Barajas que cuentan con sistemas de cogeneración para la calefacción y el aire acondicionado.
- El Ejecutivo admite la gravedad del problema y asegura que trabaja en una solución para este mismo mes de julio.
Pamesa ha parado su cogeneración
El gigante cerámico Pamesa comunicó hace unos días la parada de sus plantas de cogeneración, en las que ha invertido 104 millones de euros. El sector azulejero fue pionero en apostar por este sistema de generación eléctrica y térmica.
"Si ahora que estamos en esta crisis energética lo que se quiere fomentar es precisamente la eficiencia, la cogeneración te permite hacerlo", argumenta Alejandra Miralles, responsable de asuntos industriales de la patronal cerámica Ascer. "Esta tecnología permite sacarle un 30% más de partido al gas que un ciclo combinado. El trato actual supone penalizar a la planta que es más eficiente utilizando este combustible".
- Las pequeñas instalaciones de cogeneración asociadas a la industria producen, en tiempos normales, el 11% de la demanda de electricidad.
- Como han parado la mitad en las últimas tres semanas, su aportación se ha reducido al 5%.
Unas 300 instalaciones de cogeneración siguen funcionando a día de hoy porque no les queda más remedio. No cuentan con un sistema alternativo con el que conseguir el calor que necesitan. "Acumulan pérdidas cada día que pasa", apunta Rodríguez de ACOGEN. "Al final estás dañando las exportaciones porque no estás dejando que actúe una de las palancas de competitividad". La industria agroalimentaria es la que más utiliza la cogeneración en nuestro país al concentrar el 17% de las plantas. Y justo la evolución de los precios de los productos de este sector supone una "creciente preocupación", según reconoce el Gobierno.
¿Quién suple a la cogeneración?
La parada de la mitad de la cogeneración en nuestro país ha abierto un boquete en el sistema eléctrico: otra energía tiene que cubrir ese hueco. Las elegidas, porque no hay muchas más opciones, están siendo precisamente el gas y el carbón. Las renovables avanzan en su instalación, pero no pueden suplir un 5% de la demanda eléctrica casi de un día para otro.
Esto, junto a un mayor volumen de ventas de electricidad a Francia, explicaría por qué estamos viendo elevados niveles de producción eléctrica en ciclos combinados. Están entrando en el sistema incluso las plantas menos eficientes: las que tienen que quemar mucho más gas para producir kilovatios.
No es solo una cuestión de eficiencia con un combustible muy afectado por la guerra de Ucrania y con un coste enorme. Es también un asunto de contaminación: quemar más gas en los ciclos combinados supone aumentar las emisiones de CO2. Por eso la Comisión Europea lleva años promoviendo la cogeneración para mejorar la eficiencia del sistema. El siguiente paso será cambiar el combustible fósil por uno renovable.
¿Hay una solución gratis?
Si la cogeneración gana esta batalla y consigue el mismo trato que los ciclos combinados, en la práctica para el consumidor supone tener que compensar a más instalaciones. Ese coste del ajuste del tope al gas podría aumentar y el precio de la luz sería algo más caro.
Pero por otro lado actuaría una fuerza en sentido contrario. Al no tratarse de dos tecnologías iguales --la cogeneración es un 30% más eficiente-- es posible que su vuelta al mercado eléctrico expulse a los ciclos combinados más caros e ineficientes. Ese efecto reduciría el volumen de la compensación que pagamos los consumidores por quemar el gas a los precios a los que está. Y subiendo...