10 ideas y consejos para comprar coche ahora, acertar con la tecnología y tenerlo cuanto antes
Te damos las preguntas y las respuestas clave para que escojas con tino el coche que se adapta a tus necesidades de movilidad
La sencilla tabla final te aclara las ideas sobre qué tecnología es la más adecuada según tu tipo de conducción
La compra del coche se complica cada día más. Es necesario tener en cuenta muchas variables como las diferentes tecnologías, los precios de las diferentes partidas, las restricciones en las ciudades... Sin embargo hay unas cuantas ideas y consejos genéricos que nos van a ayudar a no equivocarnos a la hora de comprar un nuevo coche. Eso sí, se trata de reglas generales de compra ya que evidentemente cada caso es un mundo. Y al final les ofreceremos una práctica tabla resumen que les ayude a tener más claros los conceptos.
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Para hacer una buena compra no hay nada como informarse primero a fondo. Por supuesto eso supone dedicar tiempo a preguntar, buscar, leer y comparar. Sin embargo, se trata de un proceso que luego agradeceremos durante los años en los que tengamos ese vehículo en propiedad. También nos supondrá un ahorro de costes de uso y una mejor adaptación de las características del mismo a nuestras necesidades.
El truco está en definir con la mayor exactitud posible qué tipo de coche necesitamos (o queremos o ambos). Una vez que tengamos eso claro, por descarte será mucho más sencillo reunir datos de los que nos interesen y también nos ayudará a acortar el proceso de decisión. Vamos a exponer en forma de preguntas las ideas generales que nos vayan conduciendo hacia la solución que necesitemos.
1. ¿Qué presupuesto tengo para la compra?
Es absolutamente necesario fijarse un presupuesto límite para la adquisición del vehículo. Y además tratar de no pasarse porque es muy fácil encandilarse con “necesidades” que luego realmente no son tan importantes pero que nos han hecho gastarnos un buen dinero. Estudiar a fondo el equipamiento que de verdad necesitamos nos ayudará a no pasarnos en la compra. Y hay que pensar no sólo en el dinero de que disponemos, sino también del que queremos gastar.
Un buen consejo es buscar posibles ofertas de las marcas, concesionarios y pelear al máximo el precio. No solo hay que visitar concesionarios de diversas marcas, sino también de la propia marca, porque seguramente nos darán precios diferentes. Si es posible desplazarse, es una buena idea ampliar la zona geográfica de compra a zonas alejadas de las ciudades, donde por regla general suelen tener mejores precios. Usar comparadores también es interesante para recopilar datos y opciones. Y es esencial no dejarse engatusar por la primera oferta jugosa que se nos ponga por delante: pensárselo bien suele dar a la larga mejores resultados.
También hay que tener en cuenta que la compra no solo consiste en el precio del vehículo. Tambien cuentan los costes burocráticos de la misma, que son: la matriculación del coche, los impuestos de dicha matriculación y de circulación, el IVA y los gastos financieros. A mayor precio del coche, mayores serán estos gastos. En este capítulo podríamos restar las posibles ayudas tanto del Gobierno como de las Comunidades Autónomas y los Ayuntamientos. (Hay que tener en cuenta que las ayudas del Plan Moves nos van a llevar tiempo de tramitación y las tenemos que gestionar nosotros, que las entidades públicas nos van a ayudar lo mínimo posible y que además luego hay que declararlas en el IRPF al año siguiente).
En cuanto a las ofertas de financiación pueden ayudarnos a escalonar los pagos. Pero tenemos que ser conscientes de que terminaremos pagando más al final. Hay costes financieros que hay que abonar y que no se pagan solos. Además en muchas ocasiones son financiaciones asociadas a seguros y otros servicios que nos pueden interesar o no. Si disponemos de la cantidad en efectivo, quizá sea una buena idea abonar el total en el momento de la compra.
En general, el rango de precios de las tecnologías de menor a mayor es el que sigue: los coches de combustión interna suelen ser más baratos que los microhíbridos o estar más o menos a la par; después los híbridos completos o clásicos serían los más asequibles. Los híbridos completos o clásicos suelen ayudar mucho a reducir los consumos de combustible en el uso urbano gracias a sus sistemas eléctricos. Después vendrían los híbridos enchufables y finalmente los eléctricos. Repetimos que hay excepciones y que esta idea hay que ir sumándola a las respuestas que vayamos obteniendo más adelante.
2. ¿Lo voy a poder mantener?
Igualmente pueden ser decisivos los costes de uso posteriores a la compra. Y aquí sí que no funciona siempre la regla general de a coche más caro, mayores gastos. Por ejemplo ahora mismo los carburantes están disparados y aunque el precio de la luz también ha subido, sigue siendo mucho más barato conducir con electricidad siempre que podamos si disponemos de un enchufable.
Estos costes asociados al vehículo o costes totales de propiedad varían también dependiendo de la tecnología elegida, pero más o menos según los talleres y los expertos son: el combustible (20% aprox.), mantenimiento (3%), neumáticos (4%), otras piezas de desgaste (6%), reparaciones (variable), seguros (10% aprox.), depreciación (40% aprox.). Son porcentajes aproximados, pues influyen muchas variables como tiempos de reparación, el kilometraje e incluso el clima. Y no son los únicos, pues a ellos se les añadirían los gastos de estacionamiento (gratis para los de etiqueta Eco) o la instalación de un enchufe mural en el caso de los enchufables (entre 1.000 y 1.200 euros más la instalación). En los coches 100% eléctricos se reducen mucho los costes de mantenimiento ya que por ejemplo no tienen líquidos, el número de piezas es mucho menor y todas las operaciones resultan más sencillas. Eso sí, una batería dura unos ocho años y luego hay que cambiar de coche o cambiar la batería, lo que supone un coste muy elevado de entre 8.000 a 12.000 euros dependiendo del modelo. Otro dato: el valor residual o de reventa de un coche eléctrico está resultando más elevado de lo que los expertos predecían y es previsible que esta tendencia se mantenga dado el incremento del precio de los materiales, la escasez de chips etc.
Y, compre coche o no, el gasto de combustible puede variar en un 30% según el tipo de conducción que se realice. Si quiere reducir sus gastos en el coche, lo mejor es que haga una conducción lo más ecológica posible de forma constante.
3. ¿Tengo plaza de garaje?
Puede parecer algo accesorio pero es todo lo contrario. Un coche eléctrico necesita una plaza donde poder enchufarlo por las noches. No debemos confiar en los enchufes públicos o en que tenemos enchufe en nuestro puesto de trabajo. El contar con un enchufe en casa donde podamos recargar siempre que lo necesitemos es prácticamente obligatorio si no queremos amargarnos la vida.
Igualmente, sin plaza de garaje es desaconsejable comprar un híbrido enchufable. Si no lo cargamos podremos usarlo con el motor térmico, pero habremos gastado una buena cantidad de dinero tontamente ya que su gran ventaja es conducirlo al máximo en modo eléctrico para reducir todo lo posible su coste de propiedad.
Es cierto que hay cables que nos permiten enchufar nuestro coche casi en cualquier enchufe, pero ojo a los tiempos de recarga, que requerirán varias horas para llenar la batería.
4. ¿Por dónde voy a conducir?
La zona en la que nos movamos también nos dará pistas del coche que nos interesa. Cuantos más kilómetros hagamos en ciudad y trayectos cortos en distancia y tiempo, más aconsejable será un eléctrico y más desaconsejable los gasolina o diésel. Y si por ejemplo salimos todos los fines de semana a una segunda residencia que está a más de 50 km de distancia, o somos de hacer frecuentes escapadas en coche, nos interesa un híbrido enchufable para evitarnos el engorro y la angustia de la falta de autonomía de los eléctricos, gracias a su sistema de potencia térmico que podemos aprovechar en esos momentos (mientras en ciudad lo enchufamos todas las noches).
5. ¿Qué etiqueta necesito?
También hay que tener en cuenta las etiquetas de la DGT que nos permitirán circular o no en ciertos entornos como las zonas restringidas de las ciudades. Recordamos cuáles son:
- Etiquetas B o C: Corresponden a cualquier coche térmico, bien sea gasolina o diésel sin ningún tipo de hibridación. Con estas etiquetas no es posible acceder a las zonas con restricciones de las ciudades. En varias ciudades ya hay restricciones para la entrada a las almendras centrales con estas dos etiquetas. Y aunque si vivimos en un pueblo o ciudad pequeña esto puede sernos irrelevante, hay que recordar que ya el año que viene todas las ciudades de más de 50.000 habitantes tendrán almendras centrales con prohibición de circulación. Esto supone un total de 148 núcleos urbanos en todo nuestro país. Sí se podrá acceder si dejamos el coche en un aparcamiento de uso público o privado. Conviene informarse de qué va a pasar según el lugar en que vivamos.
- Etiqueta ECO: Las tienen los gasolina o diésel que tengan sistemas de hibridación ligera (no capaces de circular en modo eléctrico). Híbridos no enchufables. Híbridos enchufables con autonomía inferior a 40 km. Vehículos propulsados por gas (GNL), gas natural (GNC) o gas licuado del petróleo (GLP). Todos ellos deben cumplir además los criterios de la etiqueta C.
- Etiqueta CERO: Adjudicadas a los híbridos enchufables (PHEV) con una autonomía de 40 km o más. Eléctricos de autonomía extendida (el motor térmico no tracciona sólo produce electricidad para que el motor eléctrico lo propulse). Eléctricos 100% a batería.
Las ventajas de tener una de estas dos últimas etiquetas son muchas y similares:
- Exentos de las restricciones de circulación
- Cuentan con las ayudas de los planes no sólo gubernamentales, sino también de algunas Comunidades Autónomas y Ayuntamientos.
- No pagan Impuesto de Matriculación y tiene una bonificación del 75% en el de Circulación.
-El aparcamiento en ciudades con zonas de estacionamiento regulado SER se reduce al 50% en el caso de la etiqueta ECO y es completamente gratis para la etiqueta CERO.
-Con la CERO en algunas zonas tienen pago reducido en los peajes de ciertas autopistas.
6. ¿Qué espacio debo tener?
Por supuesto es muy importante plantearse cuántos pasajeros van a usar el coche y en qué tipo de viajes. Si somos de viajes largos posiblemente necesitaremos pensar en la comodidad de los acompañantes y por supuesto en un maletero en el que acoplar pertenencias. De no ser así, coches compactos o incluso urbanos son una buena solución.
Por otro lado y yendo contra la tendencia, los turismos y las berlinas son los mejores coches para hacer kilómetros. Es cierto que perderemos un poco de visibilidad, pero ahorraremos mucho dinero en combustible y, además, son más seguros que los todocamino ya que su punto de gravedad está mucho más bajo y son más difíciles de sacar de la trayectoria. Pensar en un familiar que tenga un maletero similar (o incluso mayor) que un todocamino tiene mucho sentido para la conducción en general.
7. ¿Cuándo lo necesito?
Ahora mismo es difícil generalizar sobre entregas. Pero sí es cierto que las marcas están priorizando la producción de los coches de mayor precio y también de los eléctricos y electrificados (que también son más caros). Esto último es así no solo por un afán de obtener el mayor margen de estos modelos, sino también para evitar multas de la Comisión Europea y nacional. Es decir, si tienes prisa, a lo mejor es el momento de plantearse la transición a lo eléctrico, como un enchufable por ejemplo.
Por otro lado, cuanto más sencillo es un coche, menos chips monta y más sencillos son, lo que puede ser una ventaja a la hora de los tiempos de espera. También puede ser bueno plantearse alternativas. Es decir, quizá nunca habríamos pensado adquirir productos de ciertas marcas en las que no tenemos confianza por algún motivo y a lo mejor es este el momento de abandonar prejuicios y plantearse una posible compra.
Otra opción puede ser acudir al renting. Normalmente sus procesos hacen que tengan flotas de coches adquiridas por adelantado y es posible que encajen en lo que buscamos. Los contratos abarcan diferentes periodos de tiempo y puede ser una solución para esperar a tenerlo todo más claro o más sencillo.
Y por supuesto, si vamos a necesitar un coche en unas ciertas fechas lo mejor es encargarlo con toda la anticipación posible para no tener que estar esperando después a que nos lo entreguen.
8. ¿Qué tipo de conducción me gusta?
Este apartado puede estar relacionado con el de más arriba en el que preguntamos por dónde solemos conducir. Si nuestro hábitat habitual es la ciudad en un muy elevado porcentaje del tiempo de uso, no necesitaremos un motor de gran potencia, ni en el caso de los eléctricos de una batería grande que nos aporte una gran autonomía. Un motor pequeño que consuma poco y una batería que nos mueva lo suficiente entre periodos de carga (normalmente por la noche) nos puede bastar y nos ahorraremos dinero e incomodidades. El coche ideal para la ciudad es un eléctrico, pequeño, ligero y barato aunque no tenga una gran autonomía.
Si por contra hacemos muchos viajes y necesitamos más potencia o bien nos gusta hacer una conducción alegre, nos convendrá gastar un poco más en un motor más potente (aunque quizá reduzcamos otro tipo de equipamiento en compensación) y en ese mismo caso también necesitaremos una batería mayor.
9. Probarlos
Escuchar lo que tengan que decir otros conductores sobre sus coches es muy importante. Pero muchas veces uno no va a decir que se ha equivocado y tiende a magnificar las virtudes de su elección justificando así su gran compra. Así que uno de los mejores consejos que se pueden dar es que una vez que tengamos un abanico de dos o tres coches que sepamos que entran dentro de lo que nos interesa, probarlos todos y si es posible en el mismo día, para que no se nos olviden las sensaciones que nos ha dado cada uno y así poder comparar. Es bueno escribir un pequeño listado de las cosas que más y menos nos han gustado, para conservarlo y que no se nos olviden detalles importantes. E incluso repetir prueba si lo necesitamos (sin abusar), porque lo más seguro es que en el concesionario nos permitan probarlo más de una vez si realmente ven que estamos interesados y que pueden perder una venta si no nos lo facilitan.
10. Una tabla fácil
Por último y a modo de repaso y simplificación vamos a hacer una tabla de ideas sencilla aunque sea (ojo) muy general.
- Conduzco casi siempre por ciudad y tengo plaza: eléctrico y si es posible pequeño.
- Conduzco por ciudad pero no tengo plaza: cualquier híbrido (ligero o convencional) para aprovechar las ventajas de las etiquetas. En general, los híbridos convencionales nos ayudarán a aquilatar los consumos de combustible en la ciudad.
- Conduzco por ciudad pero también quiero poder hacer viajes con frecuencia: los híbridos enchufables nos ofrecen lo mejor de los dos mundos, la eficiencia eléctrica en ciudad y los largos traslados sin problemas de los térmicos. Si adquirimos un eléctrico en este caso nos convendrá adquirir la batería más grande posible para que la autonomía no nos cause dificultades.
- No piso nunca la ciudad, pero mis desplazamientos habituales son siempre cortos: un térmico o como mucho un híbrido ligero cumplirán de sobra nuestras exigencias por menos dinero. Pero también son condiciones ideales para un pequeño eléctrico y además nuestra conciencia medioambiental nos lo agradecerá.