Los capitanes del Real Madrid, Ramos y Marcelo, fueron los encargados de levantar la Supercopa de España, segundo título de la temporada. Los jugadores del Barça se quedaron en el campo hasta ese momento en buen gesto de deportividad. Posteriormente, todo el equipo, con Cristiano y los no convocados sobre el césped, celebraron el título con fuegos artificiales incluidos.