La nueva cara de la España olímpica: el deporte como reflejo de una sociedad diversa
De los 321 atletas que conforman el equipo olímpico en Tokio, más de una veintena nacieron en otros países y se han nacionalizado; otros tantos son hijos de migrantes que llegaron hace años a España
Peleteiro, Zapata, Jalidov, Katir, Garuba o Bokesa son algunos de los apellidos que conforman esta nueva hornada de exitosos deportistas
Sin embargo, muchos se han encontrado en situaciones en las que se ha cuestionado “cuán españoles son”
El medallero español en Tokio y los participantes que forman el equipo olímpico muestran la creciente diversidad en el deporte nacional. Rostros como los de la saltadora Ana Peleteiro o el gimnasta Ray Zapata -bronce y plata en sus respectivas disciplinas- son el reflejo de este nuevo paradigma. El de atletas cuyos padres o abuelos inmigraron a España o de deportistas que nacieron en el extranjero, pero se criaron desde pequeños en nuestro país y adoptaron la nacionalidad.
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Una tendencia que ya veíamos desde hace años en otros países europeos como Francia, Bélgica o Alemania y que es un síntoma del mundo globalizado en el que ahora vivimos. En 2019, el INE recogía que el 16% de los residentes ya contaban al menos un padre o una madre de origen extranjero. La estructura demográfica, racial y cultural del país ha cambiado mucho y rápido en las últimas décadas. Con lo que es lógico que los llamados "migrantes de segunda generación", los hijos de los que llegaron hace años, se cuelen ya en los podios deportivos.
Agradecidos a España
De los 321 atletas que conforman el equipo olímpico en Tokio, más de una veintena nacieron en otros países y se han nacionalizado. Es el caso del boxeador Gazi Jalidov, que vino al mundo en 1995, en la república rusa de Daguestán. Tuvo que huir con solo ocho años por los conflictos locales, peregrinando por Alemania y Francia con su madre y sus cuatro hermanos, hasta asentarse aquí. El púgil ha recalcado en numerosas ocasiones "lo bien" que les ha acogido en España.
Otro de sus compañeros, Enmanuel Reyes, de origen cubano, también señaló antes de su combate contra Julio César la Cruz en Tokio que iba a "darlo todo" por España, para agradecer la oportunidad que le había dado de ser olímpico. Aunque al final cayó derrotado por decisión de los jueces.
Sin poder subir al podio
El atletismo es otra de las disciplinas donde encontramos varios competidores de origen extranjero. Por ejemplo, el corredor Mo Katir, nacido en Marruecos. Llegó a España, concretamente a Mula (Murcia), con cinco años -su padre alcanzó antes la costa en patera-, pero hasta 2019 no obtuvo la nacionalidad, tras solicitarla durante tres años. Por lo que, pese a ganar decenas de carreras en 1500, 3000 y 5000 metros en la categoría juvenil, no pudo participar en las siguientes categorías hasta obtener el documento.
Su compañero Adel Mechaal, también de origen marroquí, volvió por todo lo alto tras una ausencia de cuatro años, al lograr la medalla de bronce en la prueba de 3.000 m del Campeonato Europeo en Pista Cubierta. Él lleva desde los dos años en España, aunque tampoco le otorgaron la nacionalidad hasta 2013.
Padres rusos, acento andaluz
Otros como el tenista Alejandro Davidóvich, nacieron ya en territorio español. De padres rusos, el joven de 22 años se crio en Fuengirola (Málaga), donde surgió su pasión por la raqueta y que le ha llevado al puesto 35 del ranking de la ATP. El contraste del exótico nombre con su acento andaluz pillará a más de uno por sorpresa.
El jugador de baloncesto Usman Garuba, madrileño de nacimiento y cuyos padres proceden de Nigeria, es otro ejemplo. Con apenas 19 años, el canterano del Real Madrid de basket, ha sido seleccionado en la posición 23 de la primera ronda del draft de la NBA por los Houston Rockets.
Aauri Bokesa, también nacida en Madrid y cuyos progenitores vinieron de Guinea Ecuatorial, comenzó en el baloncesto y se pasó al atletismo, ganando varias veces el campeonato español de 400 metros. Y la lista de éxitos asociados a apellidos fuera del “canon español” suma y sigue.
Las polémicas con Vox y Marca
Aunque no todo es de color rosa. Este fin de semana saltaba la polémica en redes tras un tuit de Juan Luis Steegmann, diputado de Vox en el Congreso, "felicitando" a Ana Peleteiro y Ray Zapata, señalando que "son ejemplo de la emigración que España necesita". El gimnasta llegó a Canarias desde República Dominicana con nueve años y es ciudadano español de pleno derecho. La saltadora, de madre gallega y padre africano, nació en Riviera (Galicia).
Este lunes, durante una entrevista en RTVE, ambos deportistas –que son amigos cercanos– hicieron referencia a las críticas que se han vertido contra ellos por motivos raciales. Zapata afirmó que él se siente plenamente español, más allá del color de su piel. Peleteiro le interrumpió con rotundidad: "Somos negros, qué de color, de color son ellos que cambian más de color que el sol".
Algo similar ocurrió poco antes del arranque de los Juegos, cuando el diario deportivo Marca calificó a Galia Dvorak, competidora en ping-pong, como "ucraniana con pasaporte español". La deportista de 33 años nació en Kiev pero se trasladó a España cuando tenía dos años.
Al igual que Peleteiro, no se cortó en su respuesta: "7 veces campeona de España, 4 veces olímpica, más de 20 años en la selección, escolarizada desde parvulario en España, mis padres son españoles desde hace años... Pero para Marca soy una ucraniana con pasaporte español. Tócate las narices". Dvorak también señalaba que sus compañeras María Xiao y Sofía Xuan-Zhang, de padres chinos pero nacidas en España, también se han encontrado en situaciones similares.
Y es que, aunque todos señalan con orgullo los orígenes de sus padres y abuelos, también reconocen que les atan más cosas a España que a esas raíces. Aunque para algunos eso no sea suficiente. Cuando Mo Katir arrebató la plusmarca de Isaac Viciosa en los 3.000 metros, el exatleta palentino declaró en una entrevista que hubiese preferido que le hubiese batido alguien "con apellidos castellanos".
Está claro que la actualidad del deporte nacional no se puede contar sin mencionar estos nombres que, independientemente de su sonido, llevan a sus espaldas el himno español.