La selección española femenina de balonmano logró este domingo su principal objetivo en el Mundial que se está disputando en Brasil y tras derrotar en los octavos de final a Montenegro por 19-23, consiguió asegurar un Preolímpico para estar el verano que viene en Londres.
España ofreció su mejor cara, y liderada por una sensacional Silvia Navarro, dejó sin opciones a unas montenegrinas, siempre peligrosas, pero enredadas por un mal inicio y en las paradas, 28 según la estadística oficial, de la portera del Itxako, que vivió un partido inspirado.
Desde sus paradas, las de Jorge Dueñas sobrevivieron a este choque crucial. Primero, provocó que el combinado nacional se despegase en el marcador de forma sensible, luego frenó la reacción rival, y en la segunda mitad se volvió a mostrar infranqueable para desesperar a las balcánicas.
La selección salió concentrada. Su fortaleza atrás hizo crecer a su guardameta, que detenía todos los lanzamientos, mientras que en ataque, Marta Mangué y Eli Pinedo, eran los principales baluartes. El resultado, escapada en el marcador (1-6, min.10), mientras que Montenegro no encontraba a su mejor arma, Bulatovic.
Sin embargo, España no pudo mantener su ritmo, y Knezevic halló el camino hacia el gol. Así, las suyas fueron recortando distancias, pero las españolas supieron aguantar y poner fin a nueve minutos sin anotar para marcharse al descanso con todo por decidir (9-11).
Tras el descanso, Silvia Navarro continuó siendo protagonista y volvió a echar el cerrojo a su portería. España volvió a aprovechar el gran trabajo y las inverosímiles paradas de la guardameta para abrir brecha, en esta ocasión de forma definitiva.
Las de Jorge Dueñas se volvieron a marchar con una renta cómoda (9-15), pero esta vez supieron controlar mejor a las montenegrinas, que no pudieron reaccionar y ni siquiera llevar el nerviosismo a las filas del combinado nacional, que ahora se medirá por repetir las semifinales de hace dos años contra el ganador del Brasil-Costa de Marfil.