La experiencia de Barcelona debe servir para llevar a lo más alto estos Mundiales de natación que serán el principio de un cambio generacional en la piscina, ya que el majestuoso Palau Sant Jordi debe consagrar a Mireia Belmonte, doble plata en los Juegos Olímpicos de Londres, y a las todavía más jóvenes Missy Franklin y Ruta Meilutyte, de 18 y 16 años y sensación en Londres, sin olvidar a la china Shiwen Ye.
Todas ellas lucharán por ser la más rápida y la estrella del agua. Belmonte, en su especialidad de 200 metros mariposa y sobre todo en la modalidad de libre, tanto en 400, 800 como 1.500 metros. Además, la catalana participará en los 200 y 400 estilos, y confía en catapultar a España en el medallero y superar el récord que comportaron las 11 de Roma 2009.
No estará sola Belmonte en la delegación, ya que pese a ser la 'reina' tendrá una corte de lujo con Melanie Costa (200 y 400 libres) y Duane da Rocha (50 y 100 espalda), ambas con ciertas opciones de inscribir su nombre en el corto listado de medallistas nacionales en natación.
Grandes esperanzas también en el grupo de los hombres
Eso sí, una de las grandes sorpresas y novedades en la piscina puede venir gracias a los hombres. Rafa Muñoz, bronce en 2009 en 50 y 100 metros mariposa, vuelve a la alta competición y lo hace con esperanzas, mientras que el catalán Aschwin Wildeboer igualmente sabe lo que es triunfar en un Mundial, en Roma también, en los 100 metros espalda. Los dos esperan coronarse en casa, Muñoz en 50 mariposa y Wildeboer en 50 espalda.
No obstante, el agua del Sant Jordi estará huérfana al quedarse sin el 'tiburón' Michael Phelps. El de Baltimore, en un parón temporal, no vendrá a una Barcelona que en 2003 le encumbró con 5 récords del mundo, 4 oros y 2 platas. Sin él, será su antiguo escudero Ryan Lochte la gran atracción, y es que aspira a 6 medallas y a hacer grande su palmarés mundialista, que ya cuenta con 19 preseas. Eso sí, pugnará con el francés de 21 años Yannick Agnel, con 3 medallas olímpicas el pasado verano que hacen pensar en él como gran alternativa al triunfo norteamericano, sin olvidar a una Australia que quiere volver a estar en liza.
La renovada natación sincronizada buscará inaugurar el medallero.
Antes de que la piscina tome el protagonismo en la última semana, será la natación sincronizada la encargada y la que tendrá la presión de inaugurar el medallero de la mejor manera posible. Sin Andrea Fuentes, ni la seleccionadora Anna Tarrés, el nuevo equipo técnico y las nuevas 'sirenas' confían en dejar atrás el ruido mediático y ganarse el respeto en el agua, donde aspiran a seis medallas lideradas por la gaudiniana Ona Carbonell, nueva figura de la disciplina que más glorias ha dado a la natación española, y Esther Jaumà como seleccionadora.
Sin el equipo chino, aunque el país asiático trae un potente dúo y también pugnará por medalla en el 'Solo', las grandes favoritas en 'sincro' son de nuevo las poderosas rusas, sin rival estos últimos años. España, así, luchará en su relevo generacional con Japón y Ucrania pues parece que Canadá, también con equipo nuevo, perderá enteros.
El waterpolo español busca recuperar la hegemonía
Otra de las atracciones de los Mundiales será el regreso del waterpolo a las piscinas Bernat Picornell. En esta instalación, prácticamente igual que en 2003 por su buen estado, España intentará aprovechar el jugar en casa para recuperar la hegemonía perdida, y lo hará tanto en categoría masculina (donde Serbia y los países balcánicos dominan) como femenina, donde las 'guerreras' de Miki Oca aspiran cuanto menos a repetir la inesperada plata de Londres.
Otras categorías con posibilidades de obtener medalla
Si el Sant Jordi y las Picornell son grandes sedes, no lo es menos la piscina municipal de Montjuïc, que albergará los saltos. En esta disciplina España cuenta con un representante que ilusiona, Javier Illana, que puede colarse en las finales de 1 y 3 metros. Con Barcelona y sus monumentos de fondo, los saltadores se asemejarán más a pájaros sobrevolando la ciudad que a peces, en uno de los lugares estrella de esta cita.
Y, como gran novedad en unos Mundiales, llega con fuerza la disciplina del 'High Diving', saltos espectaculares que podrían atraer a unas 30.000 personas de público para ver a los mejores saltadores extremos desde una plataforma de 27 metros en hombres y 20 para mujeres, el doble de la altura más alta tradicional.
Pese a que sólo habrá 21 saltadores entre hombres y mujeres, el escenario del Port Vell de Barcelona dará a conocer del todo esta disciplina emergente llena de espectáculo, mientras que también esta zona albergará las competiciones en aguas abiertas. Las limpiadas aguas del puerto intentarán llevar a la local Erika Villaécija al triunfo, con varios números a su favor para colgarse una medalla.
Para estos Mundiales que quieren hacer historia, habrá récord de participantes con 181 federaciones y 2.293 atletas en el total de las competiciones (1144 en natación, 231 en saltos y 21 en 'high diving', 173 en aguas abiertas, 416 en waterpolo y 308 en sincronizada), con 2.300 periodistas acreditados, una audiencia esperada de 520 millones de espectadores y 200.000 espectadores.