El Vicente Calderón apagaba las luces en Europa. La última vez que los rojiblancos iban a ver una noche de Champions junto al Manzanares. El aroma era especial, de despedida, y se juntaba con las ganas de remontada ante el Real Madrid. Simeone sorprendió en la alineación con Giménez en el lateral derecho, y Fernando Torres, en la delantera. Zidane no renunció al estilo y sacó a Danilo en el lateral derecho en lugar de Nacho, con Varane en el centro de la defensa.
El encuentro arrancó acelerado. Dos amarillas en los primeros seis minutos, una para Danilo y otra para Savic. Y dos paradones, uno de Keylor Navas y otro de Oblak. La tensión era máxima. Y el Atlético marcó a los 11 minutos de encuentro. Los rojiblancos asediaban a los madridistas en cada ataque y en un córner llegó el tanto. Koke puso el balón en el corazón del área y Saúl, que entró con todo, remató al fondo de la red.
El Vicente Calderón explotó con el gol y el Atlético estaba metido en la eliminatoria. El Madrid, descompuesto en el Calderón. Varane cometió penalti sobre Fernando Torres y Cakir fue directo a los 11 metros. Griezmann asumió la responsabilidad y el francés no falló. A los 16 minutos ya iban 2-0. A un gol de empatar la eliminatoria.
El Atlético manejó muy bien el encuentro porque al hacer el segundo se dio un respiro y le dio el balón al Madrid. Mucha más dureza, y otras dos amarillas. Godín, por un salto en el que cargó con el hombro a Cristiano, y Ramos, por protestar. Cakir no se cortó y otras dos amarillas por respuesta a una falta de Isco sobre Griezmann. El centrocampista del Madrid se llevó la cartulina, pero Gabi, con una protesta muy airada, también se la apuntó.
Cuando peor pintaba la cosa para el Madrid apareció Benzemá. El francés sentó a tres jugadores del Atlético, Godín, Savic y Giménez en la línea de fondo, se la pasó atrás a Kroos que se estrelló en Oblak, e Isco, en el rechace marcó para el Madrid. Cristiano se dirigió a la grada y mandó callar con el dedo en la boca. El partido se revolucionó y el Atlético se desquició antes del descanso. Tenía 45 minutos para hacer su cometido en 90, hacerle tres al Madrid y no recibir ninguno.
Simeone no se iba a rendir. No se lo permitía su ADN, y el Atlético volvió a apretar al inicio de la segunda parte. El Calderón pidió la segunda amarilla a Isco por una entrada sobre Giménez, pero Cakir no lo vio así. El Madrid intentaba retener el balón, que corriera el tiempo, y las esperanzas de remontada se diluyeran. El técnico argentino se lo jugó todo, Gameiro y Thomas entraron por Torres y Giménez. El todo por el todo.
Si Isco había destacado con el plan ‘B’ de Zidane, también lo hizo con el ‘A’, y en un día grande. El malagueño se echó el equipo a la espalda y condujo la nave de Zidane. El Madrid tocó al ritmo de Isco e intentó agotar al Atlético, con Modric como aliado de lujo. Carrasco tuvo una ocasión clara que sacó Keylor Navas con dos paradones, uno al belga, y el otro, ¡¡con la cabeza!! a remate de Gameiro.
Los minutos pasaban y el Madrid se veía cada vez más cerca de Cardiff. El partido se abrió y Zidane metió a Asensio y a Lucas Vázquez. Sergio Ramos evitó el remate de Gameiro a puerta vacía y el Calderón perdía las esperanzas de remontada. Pero nunca iban a dejar de apretar. Es la filosofía rojiblanca y lo hizo hasta el final.
Los dos equipos firmaron un partidazo. Uno por el empuje y su manera de entender el fútbol y creer siempre, y el otro porque se levantó después de dos golpes en el mentón en los primeros 16 minutos. El Calderón se despidió de Europa, pero lo hizo con un partidazo que pasará a los libros del fútbol.
El Madrid vuelve a una final de la Champions, tres de las últimas cuatro. Y lo hace con un recital de Isco en la última noche del Calderón en Europa. Zidane buscará su segunda Champions ante la Juventus en Cardiff, ¿la duodécima del Madrid?