El Barcelona no pudo superar a Gorka Iraizoz en más de 40 minutos pero al filo del descanso una genialidad entre Luis Suárez y Messi abrió el marcador. Rakitic puso el balón en el área, el uruguayo se lo bajó a Messi con el pecho, y el argentino controló de la misma manera para superar al portero del Athletic con toque sutil.