Celta y Alavés firman tablas (0-0) y dejan la eliminatoria para la vuelta en Mendizorroza

Andrea Merle 02/02/2017 22:50

Celta y Alavés llegaron a la ida de la semifinal de la Copa del Rey con muchas ganas e ilusión por estar en la final. El ambiente de la afición para recibir a su equipo en Balaídos fue espectacular y no pudo ser menos al inicio del encuentro: bufandas al viento y mucho ruido en un día histórico en Vigo. Por su parte, Pellegrino dedicaba unas últimas palabras de motivación a los suyos: "Hay que creer que podemos, chicos, podemos hacerlo".

Con el balón ya en juego, los dos equipos dejaron sus ideas muy claras desde el principio: el Celta quería tener la posesión del balón mientras que el Alavés apostó por la presión en campo propio para robar y salir a la contra. Pocas ocasiones de peligro en los primeros compases de partido debido a la buena defensa del Alavés que no le puso las cosas fácil al Celta aunque tampoco aprovechó sus cortas posesiones.

El partido transcurrió con tranquilidad a excepción de dos duras entradas, una de cada equipo: Pablo Hernández sobre el capitán del Alavés, Manu García; y Bongonda a Laguardia en el borde del área visitante, falta por la que vio tarjeta amarilla pese a los pitos de la grada. La intensidad de ambos equipos en esos instantes de partido se reflejó en el balón qué se pinchó y hubo que cambiarlo.

Poco antes de llegar al descanso la tuvo el Alavés con un centro perfecto que remató Manu García pero qué Sergio desvió a córner con un paradón. La ocasión les dio confianza y el Alavés disfrutó con el balón y llegando a portería pero sin generar demasiado peligro. Con la mejor versión del Alavés y con un Celta que necesitaba algo más de velocidad se llegó al descanso.

Empezó la segunda parte en Vigo bajo una fuerte lluvia que complicó el juego en el césped de Balaídos. Los jugadores empezaron a sufrir peligrosos resbalones y caídas con balones muy rápidos. El Celta no terminaba de hacer su juego con numerosas imprecisiones y pérdidas de balón frente a un Alavés que si estaba cómodo en el campo. Tanto que tuvo una ocasión muy clara de gol que despejó la defensa casi en la línea de gol.

Contestó el Celta a los pocos minutos con un córner que le llegó a un Iago Aspas muy solo y qué Pacheco consiguió desviar. El delantero la volvió a tener en el minuto 66 con un tiro dentro del área que se estrelló en el larguero. El Celta se animó con las ocasiones de Aspas que tuvo otra con un cabezazo que se fue desviado.

El delantero gallego fue el protagonista de todas las ocasiones de peligro del conjunto de casa e incluso intentó una chilena que salió rozando el palo. Berizzo sacó a Guidetti para acompañar a Aspas y el jugador lanzó una falta que se le complicó a Pacheco pero que finalmente pudo atrapar. El Celta fue el dueño del partido en los último minutos del partido pero no consiguió el gol.

El Alavés dio por bueno el resultado y seuirá creyendo en Mendizorroza. El Celta lo intentó hasta el final pero se tuvo que conformar con un 0-0 y tendrá que luchar en la vuelta.