Mientras, el británico Chris Froome (Team Sky) sigue como líder de la clasificación general y se vestirá por décima vez de amarillo en la salida desde Bourg de Peage, con el colombiano Nairo Quintana (Movistar Team) y el estadounidense Tejay Van Garderen (BMC) en segunda y tercera posición respectivamente. En una etapa de transición antes de afrontar el segundo día de descanso de esta 102ª edición del Tour de Francia, el eslovaco Peter Sagan (Tinkoff-Saxo) se marchó a la aventura durante el paso por Col du Bez y Côte de Badaroux -los dos puertos de cuarta categoría- para provocar una numerosísima escapada junto a Joaquim 'Purito' Rodríguez (Katusha), Pinot (FDJ) o Hesjedal (Cannondale), entre otros, en los primeros kilómetros.
Al mismo tiempo, la hoja de ruta en el pelotón la marcaba el equipo Katusha, que trabajaba en favor del noruego Alexander Kristoff para saborear la primera victoria en esta ronda gala, con el objetivo de reducir las diferencias.
Se intercambió el testigo con Team Sky, la formación del líder Chris Froome, y con el Movistar Team, equipo que lidera la clasificación por conjuntos, para no desfallecer en el ritmo de carrera durante el descenso hacia la localidad de Aubenas, zona del sprint intermedio que se adjudicó Sagan para incrementar su ventaja sobre Greipel en la pelea por el maillot verde (clasificación de la regularidad).
ETAPA PROPICIA PARA ESPRÍNTERS
Las diferencias entre la fuga y el pelotón se redujeron notablemente durante la ascensión al Col de l'Escrinet, puerto de segunda categoría de casi ocho kilómetros con una pendiente media de 5,8%.
Los nervios por el recorte de tiempo se hicieron palpables y Matteo Trentin (Etixx-Quick Step) atacó para aumentar el ritmo. Hesjedal siguió su iniciativa, al tiempo que Peter Sagan pinchaba y cambiaba de bicicleta, y cazó al italiano, incapaz de batirse en solitario. No sirvió de nada el esfuerzo: a falta de 30 kilómetros para la meta, en un trazado llano, el pelotón acabó por engullir a los escapados.
Sin la fuga, el pelotón priorizó -salvo dos ataques suicidas de Jan Barta (Bora) y Zdenek Stybar (Etixx) que agitaron aún más el ritmo- por ir agrupados en los últimos diez kilómetros con la misión de preparar el sprint final en un día marcado por y para los esprínters. Consciente de la fortaleza y explosividad de sus piernas, André Greipel lanzó un ataque a 300 metros de la meta que se hizo durísimo para sus rivales. El alemán no escatimó en esfuerzos y se impuso al sprint para batir su mejor registro de victorias en la ronda gala.