Balaídos había visto la Champions, sabía lo que era jugar contra los grandes de Europa, pero nunca había vivido unas semifinales de una competición europea. Cita para la historia, en el partido más importante para la entidad celeste. Y delante estaba el Manchester United de José Mourinho. Berizzo sacó su equipo de gala, la afición respondió a la llegada del equipo. ‘Solo’ faltaba que los jugadores lo hicieran en el césped.
Muchos respeto. Muchos nervios. El United tapó la salida del Celta y el equipo celeste se ahogó para hacer su fútbol. Mourinho había preparado la presión arriba de los ingleses y los de Berizzo sudaron para crear peligro. La primera gran ocasión del partido fue para Rashford, que Sergio Álvarez sacó la pelota de la escuadra con una mano despejando a córner.
El Celta le ponía más corazón que cabeza. No era su mejor versión y Balaídos se contagió. Y el United intentó rascar algo positivo, pero Sergio Álvarez estaba en la portería. Si primero se inventó una mano salvadora ante Rashford, minutos después despejó un mano a mano con Mkhitaryan. Lingard también quiso participar en el partidazo del portero del Celta, y tampoco acertó a solas con él. Berizzo miraba el reloj para llegar al descanso cuanto antes, porque el United estaba rozando el gol. Y lo consiguió. Celta y United se marcharon a los vestuarios sin goles, y con los celestes más contentos por el resultado que los ingleses.
Algo había que cambiar para el segundo acto pero Berizzo no movió las piezas. Mourinho tenía el partido donde quería y al Celta parecía que no le importaba el empate sin goles para jugársela en la vuelta en Old Trafford. Los celestes se soltaron más que en la primera mitad y Pione obligó a Romero a estirarse para sacar un disparo que se había envenenado.
Sergio Álvarez, el mejor del Celta en el partido, había salvado a su equipo en la primera parte y no estuvo a la altura en el tanto del United. Una falta para un zurdo casi en la esquina del área, Rashford, diestro, la puso en el palo del portero y Sergio Álvarez vio tarde el balón. Los ingleses se adelantaron a balón parado, y o reaccionaba el Celta, o el sueño de la final de la Europa League se iba a esfumar en Vigo.
Lo intentaron, pero el United se defendió y se llevó la victoria de Balaídos sin hacer nada del otro mundo. El Celta no respondió sobre el césped a las expectativas porque no fue fiel a sí mismo. Demasiada tensión en los jugadores que se reflejó en el encuentro. Ahora no le queda más remedio para alargar el sueño de la Europa League, que ganar el Old Trafford. Es difícil, pero el mejor Celta podría hacer el milagro y ganar en Manchester.