El Celta no tenía nada que perder. No era el favorito y la recompensa era jugar una final europea. Los celestes salieron sin miedo, a por el balón, y con una imagen muy diferente a la de Balaídos de hace una semana. Mourinho le dio el balón a Berizzo, y los gallegos lo agradecieron. Iago Aspas rompió dos veces a la defensa del United en los primeros cinco minutos y la afición de Old Trafford se quedó perpleja con el inicio del Celta.
El equipo celeste tenía una marcha más, la circulación del balón era muy rápida y al United le costaba mucho correr de un lado a otro. Hasta que en el minuto 10, los de Mourinho ‘comparecieron’ en Old Trafford y encadenaron unos minutos dominando al Celta, que desconectó por completo en el centro del campo y le costó caro. Rashford puso un balón en el segundo palo y Fellaini cabeceó por el palo corto para hacer el primero. El objetivo del Celta no variaba, hacer dos goles para pasar a la final, pero las sensaciones habían cambiado y el United se adueñó del encuentro.
Los de Berizzo tardaron en despertar de su siesta a deshoras, pero con Pione por la banda izquierda metieron miedo a los ingleses. El extremo puso a prueba a Romero en dos ocasiones y un centro suyo, cabeceado por Wass, estuvo a punto de ser el empate. Así llegaron al descanso. La buena noticia era que el Celta se había dado cuenta que podía hacerlo, que eran dos goles. La mala, que otro despiste atrás, le costaba la eliminatoria definitivamente.
Berizzo movió las piezas al descanso y Jozabed entró por Daniel Wass. El comienzo del segundo acto fue un calco al del primero. Pione seguía siendo el jugador que más peligro creaba, pero siempre aparecía Romero. Guidetti también la tuvo desde el corazón del área. El disparo del sueco se perdió por el palo derecho de Romero. Pasaban los minutos, y cada vez, había que asumir más riesgos. Y con Rashford era firmar la sentencia de muerte.
Bongonda entró por Radoja para abrir más el encuentro y buscar el intercambio de golpes. Sergio Álvarez volvía a aparecer para alargar la vida del Celta. No quedaban muchas opciones porque había que meter dos en 20 minutos. Y delante estaba el United.
Guidetti se acercó de nuevo y se echó las manos a la cara por su fallo. El delantero cabeceó tarde para perder una oportunidad muy clara. No sirvió para el gol, sí para que el United diera un paso atrás y se encerrara junto a Romero en su área. Berizzo se jugó la última carta y metió a Beauvue por Pione. Y llegó el gol a falta de cinco minutos para el final.
Roncaglia remató de cabeza cruzado a la portería de Romero y el Celta se puso a un gol de meterse en la final de la Europa League. Ahí se paró el partido con una tángana en el centro del campo. Valencia empujó a Guidetti y el árbitro expulsó a Bailly y Roncaglia, que se fueron teniendo más que palabras camino al túnel de vestuarios. El tiempo añadido fue de seis minutos aunque se jugó muy poco porque el United defendió muy bien. Eso sí, Guidetti tuvo la última al final pero el delantero no acertó cuando lo más difícil parecía fallarla.
Fue una lástima, pero el Celta dio la cara. El equipo gallego quedó eliminado en las semifinales de la Europa League, a las puertas de una final europea. El lastre del mal resultado de la ida pesó demasiado y el United estará en la final. El conjunto de Mourinho jugará la final ante el Ajax de la Europa League el próximo día 24 de mayo en Estocolmo.