Simeone metió más músculo de inicio con Giménez en el centro del campo. El sacrificado por el técnico argentino fue Fernando Torres. Más protección en las jugadas aéreas, pero menos gol. El Leicester no iba a variar el plan y su mejor opción pasaba por aprovechar una jugada a balón parado. Poco a poco, los ingleses se sacudieron la pereza inicial sin descuidar la defensa.
Y cuando se empezaban a acercar a la portería de Oblak, llegó el mazazo del Atlético. Filipe Luis puso un centro desde la izquierda, y Saúl, con un remate fortísimo de cabeza en el segundo palo, cruzó a Kasper Schmeichel. A Simeone no le podía haber salido mejor el plan. Los rojiblancos ganaron en tranquilidad y ahora el Leicester necesitaba hacer tres tantos para pasar. Misión imposible ante este Atlético de Simeone.
Al descanso se llegó con el solitario gol de Saúl que le daba mucha tranquilidad para la segunda parte. Giménez resolvió muy bien en el medio y evitó mucho peligro de los ingleses. Shakespeare mandó ser aún más directos en la segunda mitad y llegó el gol de Vardy. El delantero pescó un rechace dentro del área y empató el encuentro. El Leicester se volcó en la portería de Oblak. La defensa rojiblanca se impuso y solucionó la clasificación para las semifinales de la Champions, tres en cuatro años.