El tiro de hacha, el nuevo pasatiempo antiestrés: "Para mí es mejor que un psicólogo"

  • Hablamos con Sacha, de Urban Safari, un local madrileño donde se puede probar esta peculiar actividad, y Eduardo, uno de sus asiduos

  • No solo se practica con hachas: se pueden utilizar los 'shuriken' de los ninja o armas "ficticias" como el 'matazombis'

  • En países como Canadá o Estados Unidos, donde se originó, cuentan incluso con ligas "profesionales"

Lo primero que notas al entrar en un local de lanzamiento de hachas es el sonido del metal contra el metal. Suena 'Californication' de Red Hot Chili Peppers de fondo. Apenas pasan unos segundos hasta que un nuevo golpe sobresalta a los novatos. Es difícil darle a la diana de madera, mucho más a los puntos rojos de la misma: conseguir el equilibrio justo entre el peso del arma, la posición del cuerpo y el brazo y el ángulo para dar en el blanco es un arte en sí mismo.

Si una actividad como el tiro de hacha te suena a algo que podrían haber inventado los leñadores de antaño, es porque así fue. Nació como una de las pruebas de las competiciones que los 'lumberjacks' de América del Norte realizaban en sus campamentos. Hay vestigios de estas competiciones desde la década de 1940.

Pero el pasatiempo que, a primera vista, parece una versión "bruta" de un juego de dardos, atrae cada vez a más entusiastas, que encuentran una vía de escape a las preocupaciones diarias. "Para mí es mejor que un psicólogo, con todos mis respetos a ellos", comenta a NIUS Eduardo, asiduo a esta actividad.

Un 'hobbie' para desestresarse

Él la practica en las instalaciones de Urban Safari en Madrid, unas de las pocas localizaciones donde se puede realizar en España. Sacha, fundador de esta empresa de ocio, cuenta a NIUS que empezó vendiendo su coche para comprar una de las muchas 'beer-bikes' (bici-cerveza) que ruedan por la capital, hace ya diez años. Hace un par, buscando renovar su oferta de actividades, dieron con el tiro de hacha.

"Tiene ese factor de novedad, de '¡Uau, voy a lanzar un hacha!'", comenta. Una moda que se ve impulsada por la popularidad de series como 'Vikingos'. Para él, uno de los beneficios claros es ejercitarse: "¡Imagina lanzar un hacha de un kilo, 30 o 40 veces!". Además de todas las veces que hay que acercarse a recoger el arma -y si no la clavas te tocará agacharte-.

Para Eduardo, aporta más a nivel mental. "Viene a ser como una vía de escape para el estrés y la presión", opina. Él llegó al tiro de hacha de casualidad: paseando por la calle vio un cartel anunciando la actividad y entró a probar. Ahora se ha convertido en un hobbie. "Intento ir una vez por semana. Para mejorar la puntería y aprender nuevos trucos", dice.

Pero, ¿no son armas?

Seguramente más de uno se pregunta cómo se puede poner en marcha un negocio que, en esencia, consiste en lanzar armas. Sin entrar en tecnicismos legales, Sacha explica que el quid de la cuestión es que "en España un hacha se considera más una herramienta que un arma". "Y, ¿no os da miedo que un día entre un pirado?", le preguntamos. Ahí se pone pragmático: "Al final esa persona puede salir de su casa con un cuchillo en la mano". Aún así, mientras los instructores explican las normas, suelen estar ojo avizor por si notan "algún comportamiento raro".

"Pero, ¿es seguro?", se seguirá cuestionando todavía más de un lector. ¡Que no cunda el pánico! Hasta el momento, en Urban Safari no han tenido accidentes; nadie se ha cortado o ha perdido una extremidad. Para evitar resbalones, las hachas no se pasan de un jugador a otro: se dejan en una repisa entre lanzamientos. También hay sistemas que evitan que las hachas reboten hacia atrás. "Es importante mantenerse detrás de la línea de seguridad después de lanzar", advierte Sacha.

¿Cómo se lanza un hacha?

En esencia, el juego básico es similar al de los dardos: el objetivo es una diana de madera, en la que cada golpe suma puntos: cuanto más cerca del centro, mejor. El primero en llegar a 21 puntos gana; si te pasas empiezas de nuevo desde 13.

Además de las hachas "estándar" se pueden probar una veintena armas, desde los 'shuriken', las afiladas estrellas que asociamos a los ninjas, hasta los 'tomahawk', inspiradas en las hachas de los indios americanos. Incluso hay armas "ficticias" como los 'matazombis', para los que quieran practicar su puntería para las próximas apocalipsis. "Cada dos meses tratamos de traer propuestas nuevas, sobre todo para los clientes habituales", dice Sacha.

Más que fuerza, señala que se necesita "paciencia" para aprender la técnica y aplicarla. En sus palabras, las armas más difíciles de controlar son las de los extremos: las más livianas (cualquier movimiento de la muñeca puede desviar el tiro) y las más pesadas (el peso complica dirigir el lanzamiento). "Lo más complicado es pillar el equilibrio de cada arma", confirma Eduardo. "Normalmente no se tarda más de unos 20 o 30 minutos en conseguir clavarla, para la puntería ya sí que se necesita bastante práctica", reconoce.

De pasatiempo a deporte

El perfil más habitual es el de una persona joven de entre 20 y 35 años, que acude el sábado o el domingo a probar la actividad con amigos. Pero, más allá de un plan novedoso de fin de semana en otras partes del mundo es un deporte bastante asentado. La versión moderna de la disciplina empezó a tomar forma en la década de los 2000, cuando se formaron los primeros clubes en Estados Unidos o Canadá.

De hecho, existe una organización "profesional", la World Axe Throwing League (WATL), creada en 2017. Además de competiciones regulares en los países con más aceptación de la disciplina, en diciembre se celebra el campeonato internacional, que incluso es retransmitido por el canal de deportes ESPN.

En España no existen competiciones a nivel regional o estatal, pero, desde este año, en Urban Safari organizan torneos amateurs. Además, hay un plus para el que quiera meterse totalmente en el papel: suelen ser eventos tematizados, con armas adaptadas a la ocasión y a los que se puede acudir disfrazado. Por ejemplo, el último fue de vikingos contra indios y el próximo será de ninjas.

Para Sacha, organizar estas competiciones y promocionar la actividad son el primer paso para que el tiro de hacha "se convierta en deporte en España". Espera que en dos o tres años se haga realidad: "Habría que mirar la normativa para que sea una actividad federada". Entusiasmo desde luego no falta.

Eduardo nos cuenta que intenta acudir a todos los torneos: "Hay más colegueo que competitividad". De hecho, a él y otros amigos les interesaría organizar equipos y una liga. Por lo que anima a cualquier persona a probar la actividad: "Que no se lo piense dos veces, es mucho más fácil de lo que pudiera parecer. Y yo cada vez que voy salgo sin acordarme de que preocupaciones tenía".