Ni sexo ni alcohol, a mí lo que me va es es comprar online en pijama
Lo de ir a un centro comercial a pasar el día, es casi una excursión vintage. Y lo de ir al supermercado a hacer la compra, más. ¿Para qué salir a comprar lo que necesitas si te lo pueden traer a tu propia casa? Y mientras, tú aprovechas el tiempo en hacer otras actividades como ver series, jugar a la consola o incluso opositar a notarías.
Comprar online, antes que el sexo y el alcohol
Y no soy la única. Si no, que se lo digan a las 1108 personas de entre 18 y 34 años que entrevistó la agencia especializada en relaciones públicas y comunicaciones Max Borges. Esta empresa realizó una encuesta a un amplio grupo de 'millenials' sobre las compras 'online' con dos preguntas clave. Los participantes debían decidir si preferirían dejar el sexo, el alcohol o no comprar nunca más en Amazon.
A mí, qué queréis que os diga, el alcohol no me importaría, pero el sexo… Eso son palabras mayores, tampoco nos volvamos locos. En este tema, solo un 44% se mostró a favor. Es decir, preferían dejar de hacer el amor a dejar Amazon.
En cuanto al alcohol, un 77% aceptarían a dejarlo antes que a Amazon. Y es que claro, una cuenta Prime sale mucho mejor que salir de copas una noche, por no hablar de que siempre puedes pedir tu dosis de alcohol online.
'Unboxing' la compra
Llegamos hasta tal punto, que ya es posible pedir la compra del súper y decidir cuándo quieres que te la traigan. Vamos, que lo siguiente que vamos a ver son Youtubers que hagan un ‘unboxing’ de las lechugas, los yogures, los suavizantes y el ticket desglosado (ahí os dejo la idea).
El cartero, mi mejor amigo
Y con estas cosas, pasa lo que pasa, que el repartidor se vuelve en nuestro mejor amigo. Nos convertimos en un perrete que está esperando a que llegue el cartero por la mañana a casa con nuestro regalo personal. Yo ya tengo conversaciones con el mío en la puerta, me ha pillado en medio de una ducha y solo le falta saber mi horario de ir al baño.
Pero cada vez que llama a la puerta, a mí me alegra el día, oye. Hemo llegado a ese punto de nuestra relación que cuando no estoy en casa para recoger el paquete, se enfada porque dice que mi pareja y yo pedimos demasiadas cosas (y a mi cuñado, también le pasa).