Los fieles de una parroquia de la ciudad italiana de Padua se quedaron estupefactos al ver una de las imágenes subidas al grupo de WhatsApp del catecismo. Se encontraron con una foto de tipo pornográfico sobre un fondo de estampas religiosas. Y lo más chocante para ellos fue que la había subido un sacerdote. El cura, de 73 años y colaborador cercano al párroco, ha sido apartado de sus funciones recientemente, según apunta el diario italiano 'Il Corriere della Sera'.
El grupo de WhatsApp fue creado por el referido religioso y dos catequistas para aportar información a padres de unos 25 niños que se preparaban para los sacramentos de la comunión y la confirmación. Los integrantes se sorprendieron al recibir en sus móviles el primer plano de un pene con un estante con motivos religiosos al fondo. Pero el estupor fue en aumento cuando comprobaron que el remitente era el sacerdote. La prensa italiana publica las reacciones de los padres que formaban parte del grupo. "Padre, ¿pero qué hace? ¿Se ha vuelto loco? ¿Qué es esta basura? ¡Retírelo de inmediato! ¡Por suerte nuestros hijos ya están en la cama y no están mirando el teléfono con nosotros!", recoge 'Il Corriere'.
El rotativo italiano señala que las catequistas intentaron calmar los ánimos de los progenitores, aludiendo a la posibilidad de que un pirata informático hubiera hackeado el teléfono móvil del sacerdote o que alguien hubiera robado el dispositivo. Los religiosos se pronunciaron en el grupo a la mañana siguiente: "Queridos amigos, lamento lo que sucedió anoche. Esta mañana hablé con el pastor y él me aconsejó que me pusiera en contacto con la policía. Lo hice y ahora estoy esperando información precisa. Te deseo un buen día".
A los padres no acaban de convencerlos con estos argumentos. Finalmente, uno de los catequistas les comunicó: "Los superiores y la curia están tomando medidas contra el padre, que ya no estará presente en nuestra comunidad". Además, solicitaron discreción a los progenitores para que no se difundiera el incidente, pero el asunto se convirtió en la comidilla de toda el barrio de Padua, porque la imagen comenzó a compartirse en numerosos grupos de WhatsApp. Los responsables de la Diócesis correspondiente no han realizado ninguna declaración sobre el asunto.