Netflix vuelve a la carga con una serie surcoreana para intentar repetir la gesta alcanzada con el incontestable éxito mediático obtenido por 'El Juego del Calamar' a nivel mundial. De la mano del director Yeon Sang-ho, realizador de la magnifica 'Train to Busan' - posiblemente una de las mejores películas de 'zombies' de los últimos tiempos -, y de su no tan brillante secuela: 'Península', llegaba este viernes a la plataforma de streaming 'Rumbo al Infierno', 'Hellbound' en su título original.
Sin entrar en spoilers (no los habrá en este análisis), la nueva apuesta de Netflix por la ficción coreana se presenta como una inquietante historia con tintes sobrenaturales que indaga en conceptos tan trascendentales como la religión, el pecado o el control de las masas a través del miedo. Ya sea el temor a ser señalado y ajusticiado por la sociedad o el horror a ser sentenciado por el mismísimo Dios a la condenación eterna.
Los primeros minutos 'Rumbo al Infierno' rememoran otras ficciones del cine asiático y el Anime japonés. Imposible no pensar en obras de culto como 'The Ring', en películas como 'Llamada Pérdida', o en animes como 'Death Note' cuando el director, Yeon Sang-ho, lanza su premisa: una serie de brutales asesinatos están siendo cometidos a plena luz del día en lugares públicos por unos seres sobrenaturales que destrozan a sus víctimas antes de carbonizarlas ante la horrorizada mirada de los transeúntes de las calles de Seúl. Todos los asesinados tienen algo en común: la visión de un 'ángel' que les anuncia el día y la hora de su muerte y les dice que irán al infierno.
El arranque es potente y la premisa invita a quedarse. 'Hellbound' logra enganchar desde el principio y hace algo muy bien: mantener al espectador en vilo y deseoso de saber más, de comprender lo que está pasando. La serie dosifica la información a cuentagotas. El espectador está tan perdido como los protagonistas que asisten, entre la perplejidad y el terror, al nacimiento de un nuevo mundo en el que la muerte y la condenación divina se hacen algo tangible, real y a la vista de todos.
'Rumbo al Infierno' indaga en cómo esa nueva realidad sobrenatural transforma la sociedad coreana y usa su premisa para hacer una crítica sobre el control de las masas a través de las ideologías, ya sean las religiosas o las que surgen del odio en las redes sociales.
La serie de Yeon Sang-ho narra el viaje al infierno de los 'pecadores' condenados, pero también de una sociedad atenazada por el miedo e impulsada por una doctrina de pensamiento único sustentada en unos sucesos que pueden ser aprovechados para hacerse con un poder y un control absoluto sobre comportamiento de los seres humanos.
Es un apocalipsis que una parte de la humanidad abraza con fervor religioso mientras la otra lo sufre con horror. Y sí. La serie es capaz transmitir el terror que supone enfrentarse a una condena 'divina' propiciada por unos presuntos pecados que nadie acaba de tener del todo claros, pero que toda la sociedad demanda que confieses para mantener intacta su falsa superioridad moral. Sí. hay algo en 'Hellbound' de critica, velada o explicita, a los juicios sumarios en las redes y a la 'cultura de la cancelación'.
A lo largo de los seis episodios que componen la primera temporada se van desvelando algunos de los secretos que encierra su premisa con una narración pausada y no exenta de escenas inquietantes y reflexiones filosóficas sobre la espiritualidad, el destino y el libre albedrío.
La conclusión queda abierta en un potente 'cliffhanger' que hace lamentar que no aparezca en la pantalla la cuenta atrás para un siguiente episodio que nos lleve de nuevo: 'Rumbo al infierno'.
Repetir el abrumador éxito cosechado por 'El Juego del Calamar' no es tarea fácil pero esta nueva serie de Netflix tiene los mimbres para lograrlo. Si no es así, por lo menos es una propuesta interesante.