Millones de personas en el mundo sufren alteraciones en la calidad del sueño. Actualmente, los principales trastornos que afectan a las personas a la hora de dormir son el insomnio y la apnea del sueño. El cojín inteligente pretende, precisamente, contribuir al diagnóstico de estas patologías, reducir su incidencia y mejorar la calidad de vida de sus usuarios, han destacado a Europa Press fuentes de la universidad valenciana.
El cojín incorpora sensores que miden de forma precisa parámetros como la temperatura corporal, sudoración o movimiento de las personas, y otros que son capaces de registrar información sobre la iluminación de la habitación, ruidos u otros sonidos.
"Hemos estudiado cuál es la mejor ubicación para cada sensor dentro del cojín. Además, hemos creado el código y los algoritmos necesarios para el correcto funcionamiento del sistema. Todos los datos se envían a través de la red WiFi doméstica a una base de datos médica, con el fin de mejorar el diagnóstico de posibles trastornos", apunta Jaime Lloret, investigador del IGIC en el campus de Gandia de la UPV.
Según explican los especialistas, el prototipo está ideado para dos tipos de aplicaciones: la primera de ellas es la mejora de la calidad del sueño para personas sin trastornos del sueño específicos.
"En este caso, la principal ventaja del sistema sería la interconexión de distintos elementos del hogar que serían capaces de adaptar el entorno a partir de los datos registrado con el fin de lograr un mejor descanso --bajar las persianas, adaptar la temperatura de la habitación, etc.", apunta Jaime Lloret. La segunda aplicación estaría destinada a pacientes con trastornos del sueño que aún no han podido ser diagnosticados.
Con este cojín inteligente, se podrían recopilar datos durante una o más noches sobre el comportamiento de cada individuo. "En este caso, no se activaría la parte domótica. Los datos serían posteriormente analizados por personal médico para tener más información sobre los posibles problemas experimentados durante la noche y poder así realizar un diagnóstico o solicitar más pruebas en el hospital", concluye Lorena Parra.
"El vuelo de un mosquito"
El sistema también dispone de una forma de evitar los ronquidos. Cuando existe un alto nivel de ruido, se activa un pequeño altavoz sobre la cama que emite un sonido muy similar al vuelo de un mosquito.
"Está demostrado que esto provoca que la persona se mueva y de esta forma cesen los ronquidos. En un futuro pretendemos utilizar una metodología similar para detectar episodios de apnea del sueño y diferenciarlos de los ronquidos habituales", apunta Laura Garcia.
Los investigadores de la UPV trabajan además en el desarrollo de otras aplicaciones y sistemas para monitorizar el bienestar, en colaboración con expertos de la Universidad de Granada y la Universidad de Zaragoza, así como con diferentes hospitales públicos.
Estas propuestas se basan en el uso de sensores de bajo coste y en cómo integrarlos en el entorno doméstico y en la propia ropa. "El objetivo es conseguir sistemas de bajo coste y cómodos que nos permitan generar alarmas en caso de detectar alteraciones en el ritmo cardiaco, la respiración o la temperatura corporal, entre otras opciones", concluye Jaime Lloret.