Soy feminista y escucho reggaetón, deja de criticarme

yasss.es 17/04/2018 09:53

Prácticamente tengo todas las papeletas para odiar el reggaetón: soy mujer, feminista, me gusta la electrónica y el indie… Todos estos adjetivos mezclados con el reggaetón, y por extensión con su cultura, tendrían que repelerse y, en cambio aquí estoy para romper un poco esa estigma social cada vez que alguien ve que estoy escuchando reggaetón en Spotify. Sí: escucho reggaetón. Lo admito y lo cuento, no pasa na.

1. ¿Qué es el reggaeton? El reggaeton y sus orígenes. El reggaeton en Latinoamérica y España. Evolución al ‘Electrolatino’

La investigadora Larnies Bowen sitúa el nacimiento de este género a mediados de los 80 en Panamá, cuando por aquel entonces se le consideraba reggae en español. En paralelo se fue desarrollando también en Puerto Rico aunque ahí usaban el hip hop estadounidense como base.

Desde finales de los 80, este híbrido de la música popular se fue convirtiendo en un estilo propio con su propia cultura (subcultura para algunos) hasta que en el año 2000 explotó a nivel comercial, traspasando Latinoamérica y provocando un tsunami musical irreversible que también alcanzaría España. Fue en 2004 cuando se empiezan a colar en nuestras radios los primeros temas de este género. Hasta entonces, casi todo lo que sonaba en las ondas eran oldies y pop 'blanquito': canciones de la primera edición de OT, UPA dance, Avril Lavigne, La oreja de Van Gogh, El canto del loco, Andy y Lucas, etc. Y de repente, llegó el reggaeton como "un huracán que se te mete por los intestinos y te saca lo del indio taíno" como bien cantaba Calle 13 en 'Atrévete te te'.

Entonces todos nos obsesionamos con Aventura y su bachata, que se convirtió en la canción del verano y que sentó sin quererlo el precedente de lo que vendría después ese mismo año: 'Dile' y 'Dale Don Dale' de Don Omar y 'Lo que pasó pasó' y 'La Gasolina' de Daddy Yankee (¡madre mía, pero qué temazos!). Despegaban los dos pesos pesados del género y también llegaban las trencitas, las gorras y la gente ligera de ropa, casi siempre ellas más que ellos, en videoclips con cochazos y localizaciones de ensueño, fomentando la figura de "nuevos ricos" latinos y una nueva cultura como bien explica este artículo. Vamos, que se estaba montando 'La Gozadera' aunque la canción no estaba ni en la mente de Gente de Zona.

Las vacaciones ya no volvieron a sonar igual gracias al ‘Ella y yo’ (Aventura y Don Omar), ‘Rakata’ (Wisin y Yandel), ‘Noche de sexo’ (Wisin y Yandel y Anthony Santos), ‘Baila Morena’ (Hector y Tito), ‘La tortura’ (Shakira y Alejandro Sanz), ‘Esta noche es de travesura’ (Héctor “El Father”), ‘Diva virtual’ (Don Omar) y un largo etc. Cuando sonaban estos temas, la pista de baile de las discotecas se empañaba de una sexualidad y un descaro hasta entonces desconocido, y muchos jóvenes volvían a bailar agarrados (aunque no precisamente el mismo “agarrado” de la época de nuestros padres).

Ya en 2010 nos despegaríamos con el nacimiento del electro latino gracias a Juan Magán, padre fundador del género. Esta nueva ola sumaría voces y volvería a arrasar discotecas con canciones como ‘Ayer la ví’, ‘Mi alma se muere’ (Fuego, Pitbull & Omega), ‘No sigue modas’ (Juan Magán ft Don Omar), ‘Una vaina loca’ (Fuego), 'Rayos de sol' (Jose De Rico feat. Henry Mendez), ‘El perdón’ (Nicky Jam y Enrique Iglesias), ‘Borro Cassete’ (Maluma) hasta alcanzar el summum con ‘Despacito’ (Luis Fonsi ft Daddy Yankee).

2. Teoría general del reggaeton y las clases sociales: de la calle a la burguesía

Víctor Lenore, un crítico musical español bastante conocido sobre todo en el mundillo indie, explica muy bien la paradoja que ha supuesto el perreo a la hora de unir a diferentes clases sociales: "El reguetón, justamente, es un género que ha entrado por arriba y por abajo. Lo bailan los pobres que buscan divertirse a tope en el escaso tiempo libre que les queda después del duro tajo. También lo disfrutan a fondo los jóvenes ricos que no necesitan exhibir estatus porque ya lo hace su dinero por ellos". Vamos que ha calado en todas las tribus urbanas y en diferentes edades.

Curiosamente, esta "colonización" musical también ha levantado muchos detractores a su paso. A la hora de hablar de los haters, Lenore señala que se trata de personas que están "en mitad de la escala social y tienen aspiraciones de ascender, temerosos de que alguien con capital cultural les señale como paletos, cutres o chonis". ¿Es la clase media la que está en contra del género? Yo creo que en este sentido hay dos vertientes: los que dicen odiar el reggaetón de cara a la galería (y se lo ponen en Spotify en 'modo privado') y los que lo detestan de verdad por las razones que sean, porque no comulgan con él.

Para mí el reggaeton es bailoteo y rimas facilonas que unen a diferentes clases sociales, a gente de todas las edades en las bodas, a algunas tribus urbanas a determinada hora de la noche y sobre todo a alumnos de Zumba que se radicalizan dentro de los gimnasios. Si has ido a alguna clase sabes bien de lo que te hablo.

3. Reggaeton y feminismo: relación si la hubiera. ¿Y qué si yo quiero perrear?

Hace unos años me puse las gafas violeta y el cerebro me hizo clic. Desde entonces a mí también me incomodan muchísimas más cosas que antes pero aún así, prefiero vivir así y luchar en lo que pueda por la igualdad. Así que sí: soy feminista, lo he llegado a poner hasta en mi perfil de Tinder cuando tenía (que luego vienen las sorpresas), reflexiono una y otra vez sobre el concepto y el machismo en la sociedad con mis 'amigxs', me quejo por comportamientos machistas en el grupo de WhatssApp familiar, aliento a mi madre para que se rebele contra el patriarcado, si cae algún piropo en un bar o se acerca algún pesado que no entiende el mensaje ‘déjame en paz’ le digo que me molesta y “que se pire”, voy a manifestaciones, compro y leo a más mujeres, las difundo para que visibilizar a más referentes femeninos, etc. Hago todo eso pero qué queréis que os diga: no soy capaz de quitarme del reggaetón, me puede.

Si os digo la verdad, tampoco le presto mucha atención a las letras que sí, son machistas la mayoría de las veces. Y es que 'amigxs', es el ritmo del reggaetón lo que me quita las penas y me anima cuando tengo que hacer tareas rutinarias, informes, la casa, maquillarme o cuando estoy en la elíptica 'a tope de power'. Y también os digo que el machismo no entiende de ritmos, estilos, idiomas o autores, como vemos también en ‘Golfa’ de Extremoduro, ‘La maté porque era mía’ de Platero y tú, ‘Mi Marilyn particular’ de Nacho Vegas, ‘La mataré’ de Loquillo, solo por mencionar algunos ejemplos.

Ya pero ¿y el ejemplo que estamos dando a los menores perpetuando esos mensajes qué? A ver, en esta ocasión el problema no está en que los más jóvenes escuchen reggaetón, sino en que solo escuchen eso. Hay que escuchar pero con cabeza, independientemente del género y de los mensajes. Aunque insisto: creo que la inmensa mayoría de la gente que escuchamos reggaetón no lo hacemos por la letras porque mira, no vamos a encontrar a Manolo García o a Gabriel García Márquez en los versos y lo sabemos. Ejemplo: "Póngase romántica please / Dame un kiss, no cometa un desliz / Ella combina la calle con la moda de París / La miss sigue matando en el paí­s" (Noche de Sexo, Wisin & Yandel).

Afortunadamente, al igual que el reggaetón ha evolucionado a nivel rítmico (de reggae y bases hip hop al electro latino), las letras y los mensajes también lo han hecho, como podemos ver en las canciones de Torta Golosa, Chocolate Remix, Ivy Queen, las K-Narias o como bien explicó Ms Nina en Yasss cuando la invitamos para que nos hablase de su música como estandarte feminista. Canciones de reggaetón en las que la mujer no está al servicio del hombre y son cosificadas existen y suenan en la radio como bien hemos visto con 'Lo malo'.

A mí me chifla el reggaetón porque en sus videoclips siempre es verano y la vida parece una gran fiesta que nunca termina. Por eso a mi me gusta, por eso creo que ha calado tan bien en España desde el principio y por eso, cuando la vida se pone un poco perra, yo perreo y lo arreglo a base de Daddy Yankee o poniendo en bucle ‘Lo malo’.