Una mujer de Riverview, en el condado de Albert, New Brunswick (Canadá), quiere una disculpa después de que la seguridad expulsara a su madre del hospital por coger la mano de su marido. Kim Crevatin dice que su progenitor, Kendyl Terris, tiene Alzheimer y vive en el Hospital Moncton esperando una cama en un asilo de ancianos. Su padre ya residía en uno cuando, debido a sus necesidades, tuvo que ser trasladado a un centro hospitalario en julio del año pasado.
"Cuando ingresó por primera vez en el hospital, estaba en el tercer piso, que es la unidad familiar", dijo Crevatin en una entrevista. "Fue agradable porque toda nuestra familia podía ir a verlo de nuevo, uno a la vez. Nos dejaban sentarnos a su lado, tomar su mano y abrazarlo". Añadió que su padre habla muy poco y se comunica mejor con el tacto. "Si tomas su mano e intentas quitársela, él no quiere soltarse", explicó.
Pero para Navidad, lo trasladaron al quinto piso del hospital, donde las restricciones por el coronavirus no permitían el contacto entre pacientes y visitantes. Crevatin aseguró que el incidente con su madre, Lonny Terris, ocurrió unos días después de las vacaciones.
"Aparentemente, ella estaba demasiado cerca de él y la enfermera hizo que pasara un mal rato", indicó. Crevatin afirmó que la sanitaria llamó a los guardias de seguridad para que escoltaran a su madre fuera del hospital. "Ella estaba sola, realmente molesta y avergonzada. Estaba llorando", dijo Crevatin sobre su madre, agregando que no había necesidad de una reacción tan severa por parte del hospital.
Crevatin apuntó que le dijeron a la familia que el incidente sería investigado, pero hasta ahora no ha tenido noticias del hospital. "Me gustaría escuchar una disculpa (de la enfermera) a mi madre", concluyó.
Las restricciones actuales por la pandemia impiden que los miembros de la familia visiten a su padre, por lo que no lo han visto desde principios de enero. Según Crevatin, los padres pueden visitar a los niños en la unidad pediátrica y se debe hacer el mismo tipo de exención para las visitas a pacientes ancianos.
La ministra canadiense de Salud, Dorothy Shephard, argumentó que "de ninguna manera queremos cargar con estas dificultades a las familias, pero el hecho es que el riesgo es extremadamente alto para las visitas abiertas. Debemos proteger a nuestros más vulnerables".
En un comunicado, una portavoz de Horizon Health Network, que incluye al Hospital Moncton, aseguró que los funcionarios están tratando de lograr un equilibrio entre la compasión y la seguridad. "Ha sido un desafío y, en muchos casos, realmente desgarrador hacer cumplir nuestros protocolos", escribió Geri Geldart, vicepresidente de servicios clínicos, en un correo electrónico.