Los fármacos que consumimos habitualmente pueden afectar a nuestra conducción de alguna manera, como ha advertido en numerosas ocasiones la Dirección General de Tráfico. Así, un 25% de los autorizados por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios pueden provocar pérdida de reflejos al volante o aumento del tiempo de reacción, entre otras consecuencias.
La mayoría de los conductores desconoce estos efectos y no le da importancia a la medicación a la hora de la conducción, un grave error que puede llegar a ser muy peligroso. Por ello, es muy importante conocer la información plena de lo que estamos tomando y las posibles alteraciones que pueden provocar. Conocer esta información podría reducir hasta un 45% la tasa anual de accidentes por cada 1.000 pacientes, según datos de la DGT. En 2018, el 43% de los conductores fallecidos había consumido alcohol o drogas.
En algunas ocasiones el consumo de estos medicamentos pueden llegar incluso a dar positivo en los controles de drogas, como la clorpromazina, clomipramina, dextrometorfano, naproxeno, bromfeniramina o incluso el ibuprofeno. Si se da positivo por alguno de ellos, se valoraría si afecta a la conducción pudiendo llegar a recibir una sanción penal de hasta 12 meses de cárcel y la retirada del carnet. Si no, aunque no suponga sentencia penal habría una sanción económica de hasta 1.000 euros y 6 puntos del carnet.