Con la llegada del verano hay un elemento que se tiene que unir a nuestro día a día además de las mascarillas: la crema solar. Aunque deberíamos usarla durante todo el año, durante este tipo de más exposición solar es aún más necesario su uso.
Con su uso llegan también algunas dudas, y una de las más comunes es sobre su fecha de caducidad. ¿Puedo utilizar la crema solar del año pasado, o de hace dos? Si se trata de un bote que no está abierto la respuesta es más fácil: sí, puede conservar sus propiedad hasta al menos tres años.
Pero si la crema solar ya está abierta hay que tener cuidado. Las cremas solares sí que tienen caducidad y su uso no es recomendado más allá de esa fecha, ya que pueden perder sus propiedades.
En el propio envase aparece el código PAO (period after opening). Se representa como un bote destapado con un número interior seguido de una M. Esa M son los meses. Así, si pone 6M, tendrá una duración máxima de 6 meses.
El hábito de limpiarse las manos frecuentemente con gel hidroalcohólico debe evitarse en la playa. La dermatóloga del Hospital Quirónsalud Marbella, la doctora Marta Frieyro, ha advertido de los efectos nocivos para la epidermis del gel higienizante en los lugares donde se está tomando el sol, ya que incluso podría causar quemaduras.
"Su alto porcentaje de alcohol, en combinación con la luz solar podría originar quemaduras en la piel. Sobre todo, hay que tener especial cuidado con las pieles más sensibles como son las de los niños pequeños", ha explicado la especialista.
Así, ha indicado que la absorción rápida de los geles hidroalcohólicos crea la falsa sensación de evaporación total en la piel. "Creemos que sus componentes han desaparecido totalmente de la epidermis y, sin embargo, se mantienen en su superficie por un tiempo prolongado por lo que la incidencia de los rayos del sol puede desembocar en un alterar la pigmentación (oscurecimiento de la piel) en el mejor de los casos, o en una quemadura, en el peor de los casos", ha sostenido.
Como alternativa, la doctora Frieyro aconseja en un comunicado lavarse las manos con agua y jabón que "es una medida de seguridad frente al contagio por coronavirus y no entraña riesgo para la salud de nuestra epidermis".
La doctora Pilar López Criado, jefa de la Sección de Tumores de Pulmón, Cabeza y Cuello y Melanoma de MD Anderson Cancer Center Madrid, ha advertido de que los meses de confinamiento por la crisis del COVID-19, que han reducido mucho la exposición al sol, podrían provocar un aumento de las quemaduras solares este verano, así como "un repunte de casos de melanoma".
"La preocupación es que prevemos que va a haber una exposición masiva al sol sin protección; la gente tiene muchas ganas de salir a la calle, pero no de proteger su piel", añade esta experta, quien recuerda, además, que la exposición al sol no significa solo ir a la playa, sino que también incluye salir a la calle.
"Claro que hay que salir, caminar y hacer ejercicio al aire libre, pero siempre con una protección solar de 30 o más e intentando evitar las horas centrales del día, entre las 12 de la mañana y las 5 de la tarde", señala. En su opinión, la población está muy centrada en la protección con mascarilla y gel hidroalcohólico, pero no tanto por la protección y el cuidado de la piel. "El problema es que las consecuencias no las vamos a ver a corto, sino a largo plazo", reconoce la doctora.
Asimismo, López Criado también recomienda a aquellas personas que han sufrido la enfermedad que consulten con un especialista en dermatología antes de comenzar a exponerse al sol. "No sabemos qué efectos pueden tener para la piel algunos de los tratamientos que hemos usado para la COVID-19; algunos fármacos han provocado lesiones en la piel, otros son fotosensibles, etcétera, por lo que sería recomendable una consulta previa con el dermatólogo en caso de duda", argumenta.