Alertan sobre el peligro de echar azufre en las paredes para evitar el orín de los perros: provoca quemaduras
Depositar azufre en las paredes de las fachadas no es efectivo y puede resultar tóxico para los animales
Al mezclarse con la orina, el azufre puede provocar quemaduras a los perros
Se recomienda llevar una botella de agua con lejía para derramarlo sobre la orina y evitar el efecto corrosivo
Una de las tácticas que siempre se ha creído que resultaba eficaz contra el orín de los perros ha sido impregnar las esquinas de las paredes con azufre. Sin embargo, nunca se ha demostrado que este método fuese eficaz y que así evitase que las mascotas hiciesen sus necesidades en las esquinas de la calle.
Por eso mismo, la Guardia Urbana de Barcelona ha lanzado un mensaje en sus redes sociales con el hashtag #ConsciènciaAnimalBCN en el que recuerda e intenta concienciar sobre esta mala práctica. Según el propio cuerpo de seguridad, depositar azufre en las paredes de las fachadas no es efectivo y puede resultar tóxico para los animales y para las personas.
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"A los animales de compañía, no se les puede suministrar sustancias que puedan alterar la salud o el comportamiento. Recuerda que no se puede depositar azufre en las fachadas para evitar que orinen. NO es efectivo, y es tóxico para personas y animales", comenta en su perfil social la Guardia Urbana de Barcelona.
Además, el periódico 'La Vanguardia' se ha puesto en contacto con un veterinario que corrobora la información que han lanzado los agentes de Barcelona. Ricard Adán, veterinario y experto consultado por 'La Vanguardia', asegura que "ya hace mucho tiempo que se sabe que, mezclado con la orina, el azufre puede provocar quemaduras a los perros, y si lo lamen, es muy tóxico".
Por eso, el experto en animales comenta que la única solución para evitar que los perros orinen en la fachada es la educación a nuestras mascotas.
Según Ricard Adán, con mucho esfuerzo e insistencia se puede conseguir que los perros orinen en los espacios de la calle en los que le indiquemos.
Además, también aconseja llevar una botella llena de agua y con unas pocas gotas de lejía para echarlo sobre el orín del perro y así evitar el efecto corrosivo en las superficies públicas que deja la orina.