Cuatro lecciones de 'Coco' que demuestran que no es una peli (sólo) para niños
1. Porque es una oda a la cultura mexicana en la era Trump
'Coco' es la primera película de Pixar desde la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos. La casualidad ha querido hacer colisionar en el tiempo el maravilloso retrato de la cultura y la gente azteca de la cinta con el enaltecimiento a las fronteras y el fomento del odio del líder yanqui. Es una poética patada en la boca, aunque no ha sido consciente, pues Pixar llevaba seis años desarrollando 'Coco' y obviamente, si un mes antes ninguna quiniela electoral podía imaginar que Trump iba a ganar las elecciones, ellos tampoco. Aún así, qué forma más bonita de dinamitar muros, con Chavela Vargas, Cantinflas y Frida Kahlo.
2. Porque mantiene en España su versión original sin doblar
El maravilloso Gael García Bernal ha puesto a la vez su voz en inglés y en la versión latina (también lo han hecho los actores Sofía Espinosa o Alfonso Arau). Pues bien, en un nuevo abrazo a la diversidad y a la inmersión de los espectadores en la esencia de la película, en España 'Coco' no se ha vuelto a doblar, de modo que compartimos la versión original mexicana. Y es precioso salir del cine con la sensación tonta de que se te ha pegado un poco el acento.
3. Porque en 'Coco', la muerte es el olvido
'Coco' es una película de animación para todos los públicos sobre la MUERTE. Así, tratada en mayúsculas y en todo su esplendor, con un asesinato y todo. Sin embargo, respira una infinita ternura. Sin oscuridad, sin miedos y sin tristeza (aunque es imposible no hincharse a llorar viéndola). Ver la vejez representada como lo hace esta 'peli de dibujos', con una entrañable abuelita marchitándose y a la vez con un divertido más allá donde mientras los vivos te recuerden no hay pena ninguna, te encoge el alma. Y es que 'Coco' no sólo hace una metáfora preciosa de la vida y la muerte, si no que además te pega un silenciosa colleja para recordarte lo importante que es mimar a tus mayores y recordar a los que ya no están. Que una misma historia divierta a los niños y duela a los mayores es una obra maestra.
4. Porque no sabemos absolutamente nada del Día de Muertos
Llega nuestro Halloween (qué leches, de nuestro no tiene nada, pero eso es otra historia) y nos disfrazamos de Catrina usando un fantástico tutorial en Youtube para pintarnos la calavera en la cara y poniéndonos flores en el pelo. Muy guapas todas, pero muy ignorantes. Y entonces llega 'Coco' y te fascina contándotelo absolutamente TODO, con una representación 100% fiel, del Día de Muertos. Yo he descubierto...
... que 'Coco', el nombre de la película, viene del diminutivo que usan en México a las mujeres que se llaman Socorro.
... que el perro que acompaña al niño en la película es un xoloitzcuintle, especie endémica de México, que además está asociado con el papel de guía hacia el buen camino por las creencias ancestrales chicanas.
... que los alebrijes son unos animales fantásticos hechos de cartón y muy coloridos, tradicionales del estado de Oaxaca. Y que fueron el sueño (o más bien la pesadilla fruto de un estado entre febril y comatoso) del artista Pedro Linares.
... que son los pétalos de la flor de cempasúchil los que se colocan en las tumbas y altares en los cementerios y deben marcar el camino que tienen que seguir los fallecidos para volver a casa.
... que el papel picado es una manualidad tradicional de México que se usa en el Día de Muertos, pero también decora el resto de festividades del país.
... que en México pasa como en España: que cuando una madre (o abuela) se quita la zapatilla y la ondea, mal asunto.