David Cantero e Isabel Jiménez sonríen en directo al hablar de las charlas con la fresca de los pueblos
El pueblo de Algar, en Cádiz, desea que la charla a la fresca sea Patrimonio de la Humanidad
Es el cotilleo en estado puro, el Pegasus del pueblo resistente a cualquier hacker
os vecinos quieren "que no se pierdan las viejas costumbres".
Ni twitter, ni facebook ni ninguna red social puede compararse a echar un rato con los vecinos charlando en la puerta de casa, lo que toda la vida se ha llamado salir a tomar "la fresca".
Como señala Isabel Jiménez a David Cantero. "Yo recuerdo perfectamente ver a las abuelas y a los abuelos sacando la silla a la calle y tirarse ahí horas. Todavía eso se hace en algunos pueblos que quieren que esta costumbre se convierta en Patrimonio de la Humanidad. Es lo que piensan los vecinos de Algar, en Cádiz.
Es el cotilleo en estado puro, el Pegasus del pueblo resistente a cualquier hacker, la forma de enterarse de todo y pasar el rato. Una silla, si no hay una piedra fresca cerca, no se necesita más para disfrutar de una tradición que resiste a los nuevos tiempos. A tomar el fresco mientras la lengua no para. Charlas al fresco o a la fresca. Esta vez el género es lo que menos importa.
Viene de antiguo, cuando al caer el sol, se respiraba, se cosía, se charlaba o lo que se terciara. Como si en el camino se puede echar uno un binguito. En Algar piden desde hace tiempo que estos ratitos sean patrimonio inmaterial de la humanidad. Los vecinos quieren "que no se pierdan las viejas costumbres".