Muchas veces llamamos a las cosas por sus nombres comunes, pero desconocemos su verdadera nomenclatura
La Real Academia Española asigna nombres específicos a ciertos objetos que llamamos de forma coloquial
Algunos ejemplos de nombres reales que solemos ignorar son vibrisas, crencha, turnomático o alcorque
Muchas veces llamamos a las cosas por sus nombres comunes, como nos enseñan desde pequeños, o por aquellos que pensamos que son los correctos. Pero lo cierto es que algunas cosas tienen sus nombres específicos y asignados en nuestro idioma por la Real Academia Española. Lo que ocurre es que nosotros no los conocemos y elegimos otras opciones más sencillas y coloquiales.
Esta es una lista de objetos y elementos cuyos nombres reales solemos ignorar recopilada por Genial.guru. Lo más probable es que los hayas estado llamando de una forma que no se parece en nada a la verdadera.
Quizás lo llamabas “tarrito de la salsa”; sin embargo, este objeto tan típico de la comida rápida se llama copa soufflé.
La “tira del reloj” por la que se pasa y se ajusta la correa realmente se llama presilla.
Seguramente le has puesto muchos nombres al cartelito con el que los oftalmólogos hacen la prueba de la vista, pero su nombre real es tabla o test de Snellen.
Cuando pelamos un plátano, casi siempre tenemos que lidiar con unas molestas tiras blancas que se despegan de la cáscara; quizás tienes un nombre particular para ellas, pero el verdadero es paquetes de floema.
Es probable que llames “dientes” a esa parte del peine por la que pasa el pelo, pero realmente se llaman púas.
Los pelos suaves, largos y bonitos de los gatos no se llaman “bigotes”; su nombre real es vibrisas.
Los gallos tienen una carnosidad que les cuelga de la cabeza a la que muchos suelen llamar “pescuezo”, pero su nombre real es barbilla.
Al final de los cordones encontramos unas terminaciones, normalmente de plástico o de metal, que permiten su paso por los ojetes; estos detalles se llaman herretes.
La “raya” con la que normalmente dividimos nuestro pelo no se llama así, su nombre verdadero es crencha.
Muchos conocemos la “almohadita de las agujas”; sin embargo, este instrumento de la costura realmente se llama acerico.
El “palito de la Ñ” es la forma que muchos usan para referirse a este signo ortográfico. La verdad es que se llama virgulilla.
La hendidura que se nos forma entre el labio superior y la nariz se llama filtrum.
Cuando vamos a la tienda y tomamos un turno, no lo sacamos de la “cosa para agarrar número”, sino de un turnomático, el cual puede ser manual o digital.
La tira frontal de las camisas que va desde el cuello hasta la parte inferior, usada para ubicar los ojales, se llama tapeta.
El hoyo, normalmente cuadrado o redondo, en el que plantan los árboles en la calle se llama alcorque.
La “cuchara para sacar helados” que tanto nos gusta usar no se llama así, su nombre real es furelele.
Aunque muchos entendemos a qué nos referimos si hablamos de “la ruedita del reloj”, la verdad es que este objeto que sirve para dar cuerda se llama corona.