Los estereotipos de género existen, y además, oprimen a todas aquellas personas que no se ajustan a ellos. La sociedad nos ha metido en la cabeza cómo debe de ser un hombre y cómo debe de ser una mujer, hasta el punto de que, por ejemplo, aceptamos con total normalidad que un bebé deba vestirse de una determinada forma si es niño y de otra si es niña. Del mismo modo, socialmente tendemos a pensar que los hombres tienen que ser altos, o que las mujeres no pueden enseñar su vello.
¿Y qué pasa cuando una mujer tiene pelo en zonas "reservadas" para un hombre? Que hace tambalear nuestros cánones y la idea de cómo deberían ser las cosas. Por eso, ser mujer con barba es algo difícil para aquellas que tienen más vello en la cara de lo que se considera "normal". Cristina y Mar son dos mujeres con barba, fundadoras del colectivo 'Som Barbàrie'. Conócelas en el vídeo:
"Tengo barba desde que entendí que las mujeres podemos tenerla", dice Cristina. "No estamos aquí para pedir permiso, sino para explicar que existimos", dice también en el vídeo.
Ellas no son las primeras que se atreven a mostrar un aspecto de la feminidad que podría ser considerado un tabú. El mes pasado, durante la campaña de movember, el reto que anima a dejarse bigote para visibilizar los problemas de salud asociados a los hombres, por primera vez una mujer se apuntó dejándose crecer su propio bigote para recaudar dinero, aprovechando también para mostrar una parte del cuerpo de la mujer que no estamos tan acostumbrados a ver, su vello facial.
Una de las mujeres que más ha hecho por la visibilidad del vello facial en las mujeres ha sido Harnaam Kaur. Desde que comenzó a mostrarse tal y como era en Instagram se ha convertido en noticia en medios de comunicación de todo el mundo.
Ha convertido el altavoz que le han proporcionado sus redes para visibilizar otro forma de ser mujer y lanzar un mensaje de aceptación y amor propio. Además, esta chica inglesa ha participado en muchas campañas anti-bullying, ya que ella misma lo sufrió cuando era pequeña. Según ella misma ha contado en numerosas ocasiones, el vello facial comenzó a salirle cuando tenía once años por un desajuste hormonal, y sus años de colegio se volvieron insoportables porque sus compañeros la llamaban "barbo" y "marimacho".
Aquellos difíciles años la llevaron a caer en una profunda depresión que casi le cuesta la vida. Hoy la celebra con sus más de cien mil seguidores de Instagram y ya no tiene ningún miedo a mostrarse tal y como es. "Me he dado cuenta de que este cuerpo es mío, soy dueña de él y no tengo otro en el cual vivir así que debo amarlo incondicionalmente”, dijo a la revista Rock'n Roll Bride, cuando fue elegida como modelo de una colección de vestidos románticos. "Siento que mi apariencia me empodera y me fortalece para caminar por el mundo, sabiendo que me levanto por la diversidad en la belleza".