Carlos, 18 años: "Todos mis amigos han perdido la virginidad menos yo y me siento muy inseguro"
La virginidad no es algo físico que desaparezca por arte de magia, sino un constructo social desfasado y repleto de mitos
Para algunos adolescentes, perder la virginidad significa muchas cosas más que haber tenido relaciones sexuales
No hay cosa que más preocupe a un adolescente que mantener relaciones sexuales por primera vez. ¿Será tan mágico como dicen o me decepcionaré? ¿Dolerá? ¿Debo esperar a alguien de quien esté enamorado? ¿Tengo que decirle a la otra persona que soy virgen o me guardo ese secreto para mí?
Todas estas dudas asaltan a diario la mente de personas, tanto adolescentes como adultas, que todavía no han practicado sexo, porque al fin y al cabo no hay una edad correcta para hacerlo por primera vez, depende de las circunstancias de cada uno.
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Por si fuese poca la presión que nos autoimponemos, las comparaciones con nuestros amigos pueden mellar todavía más nuestra autoestima. Esto es lo que le sucede a Carlos, un chico de 18 años preocupado porque todos sus amigos ya han mantenido relaciones sexuales, pero él todavía no. Hoy analizaremos el concepto de virginidad y las dudas relacionadas de la mano de su testimonio.
El caso de Carlos (18 años)
Sé que es muy superficial y tonto dejar que esto me influya, pero el hecho de que todos mis amigos hayan perdido la virginidad menos yo me afecta mucho. Algunos lo han hecho con sus novias de toda la vida, otros con chicas que apenas conocían y otros con alguna persona que han conocido en la universidad este año. Yo sigo a dos velas.
Pensaba que al empezar la carrera conocería mucha gente, saldría de fiesta y sería capaz de desinhibirme, pero no lo he conseguido. Antes quería esperar a estar enamorado, pero ahora simplemente quiero conocer a alguien con quien me sienta cómodo. El problema es que al ser tan inexperto creo que la chica no va a disfrutar, así que me empiezo a agobiar y cuando llega el momento de invitarla a casa o ir a la de ella, colapso y acabo solo en mi cama.
Un día estuve a punto de hacerlo con una chica, pero en el último momento me agobié tanto que fui incapaz. Esta anécdota me marcó tanto que pienso que siempre va a ser igual. Es como la pescadilla que se muerde la cola. Cuanto más espero, más me rayo. Cuanto más me rayo, más lo pospongo.
Quiero soltarme y disfrutar, pero tengo muchas dudas. No sé si sería más fácil sincerándome y admitiendo que soy virgen, o si al enterarse la chica huiría. Lo que tengo claro es que no puedo seguir así.
¿Qué es la virginidad?
Desde que en la adolescencia empezamos a hablar o a interesarnos por el sexo, el concepto de virginidad queda grabado en nuestra mente a fuego. Pero, ¿alguna vez te has parado a pensar en lo que de verdad significa? Sí, a priori es un término que se utiliza para decir con pocas palabras que nunca has mantenido relaciones sexuales. El problema es que la virginidad está tan desvirtuada que en pleno 2019 ha perdido todo el sentido.
- La virginidad es un constructo social
Esto significa, ni más ni menos, que la virginidad no es algo físico que desaparezca por arte de magia. Es una etiqueta que fomenta las inseguridades, el miedo, las dudas y el desconocimiento respecto a la sexualidad humana.
Sí, en el caso de las mujeres podemos encontrarnos con el himen, una fina membrana ubicada en la apertura de la vagina. Sin embargo, este trozo de piel no debe ni puede utilizarse para evaluar la virginidad. En primer lugar, porque el himen puede romperse de mil formas distintas al sexo. En segundo lugar, porque algunas mujeres ni siquiera tienen himen. En tercer y último lugar, porque en ocasiones el himen puede estar intacto pese a haber mantenido relaciones sexuales.
- La virginidad es una palabra anticuada que refleja una visión parcial de las relaciones sexuales
Históricamente la virginidad se ha vinculado con la penetración. En cambio, la estimulación oral y la masturbación se han considerado preliminares. Esto es falso y refleja una creencia bastante desfasada del sexo.
Los preliminares son definidos como cualquier juego de tipo sexual previo al acto, cuyo objetivo es excitar a la pareja tanto física como psicológicamente para facilitar el posterior coito. En otras palabras, un anticipo de lo que va a suceder a continuación, es decir, la penetración.
El concepto de preliminares debería ser desterrado de nuestro vocabulario. El sexo oral y la masturbación no son un anticipo de nada, sino prácticas sexuales por sí mismas tan placenteras e importantes como cualquier otra. No hace falta que exista penetración para poder decir “he mantenido relaciones por primera vez”.
- La virginidad no es un tesoro secreto
Siempre nos han metido en la cabeza que la virginidad es algo importantísimo que debemos entregar a una persona de la que estemos totalmente enamorados. Estamos hablando de nuestro cuerpo, no de un regalo de navidad. Si quieres hacerlo con alguien especial es fantástico, pero no es obligatorio sentir mariposas en el estómago para mantener relaciones sexuales.
El amor no hará tu primera vez inolvidable. Lo que realmente influye es que las personas implicadas estéis convencidas de que queréis hacerlo, que haya respeto y que ambos os preocupéis del placer del otro.
Tampoco es obligatorio contar a tu pareja o ligue que es tu primera vez. Esta decisión depende única y exclusivamente de ti. Si te apetece sincerarte, genial, pero si prefieres no decirlo abiertamente estás en tu derecho.
El sexo es algo que debemos hacer por placer, no por presión. Disfruta, conoce tu cuerpo y deja los tabús de lado, pero hagas lo que hagas, hazlo con cabeza. Lleva en el bolsillo preservativos tanto si eres chico como si eres chica, no accedas a ninguna práctica que no te termine de convencer, respeta a la otra persona, di abiertamente las cosas que te dan placer y las que no, y si en algún momento te arrepientes recuerda que tienes todo el derecho del mundo a cambiar de opinión.