Lavar el pollo crudo es un acto muy común que mucha gente hace antes de cocinarlo sin tener en cuenta los riesgos para la salud que este pequeño gesto pueden generar. El pollo es un alimento que siempre se relaciona con los contaminantes que puede tener, y es cierto que la bacteria Campylobacter, presente en el intestino de animales sanos como el pollo o el pavo, pueden llegar a contaminar su carne si no se toman las medidas oportunas.
Por ello, Miguel Ángel Lurueña, doctor en Ciencia y Tecnología de Alimentos, ha querido aclarar a través de la web Consumer la importancia de no lavar el pollo crudo antes de cocinarlo. Con este gesto, las salpicaduras del agua favorecen que se dispersen las posibles bacterias por toda la cocina y lleguen a contaminar otras zonas, superficies y utensilios que nos rodean.
Se trata por tanto de un gesto no solo inefectivo, porque no acaba con las bacterias, sino que en muchos casos también llega a ser contraproducente porque aumenta el riesgo de contaminación. La alternativa a este gesto es el uso de papel de cocina para secar un poco el alimento o para retirar algún resto. Después, cocinar el alimento lo suficiente bastará para que no tenga riesgo de contaminación por las bacterias.