Un juez obliga a unos padres a indemnizar a su hijo por tirar su colección de porno
David Werking demandó a sus padres en 2019 y estos deberán pagarle 30.441 dólares
Afirma que nada del material pornográfico que poseía, incluidas 1.605 películas, era ilegal
El padre asegura que destruyó todo por la "salud mental y emocional" de su hijo
Un juez estadounidense, Paul Maloney, ha fallado a favor de un hombre de 42 años al que sus padres tendrán que compensar económicamente con 30.441 dólares por haber tirado a la basura su colección de pornografía, valorada en unos 29.000 dólares. Además, deberán abonar 14.500 dólares al abogado de su hijo.
David Werking, residente en Indiana, había demandado en 2019 a sus padres, Paul y Beth Werking, por arrojar a la basura la colección de películas y revistas pornográficas que guardaba en cajas cuando tuvo que mudarse temporalmente a vivir con ellos a su vivienda en Grand Haven, en el estado de Michigan.
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En las alegaciones de la demanda, Werking señala que nada del material pornográfico que poseía, incluidas 1.605 películas en DVD y cintas VHS, era de naturaleza ilegal y que cuando reclamó a sus padres sus objetos le respondieron que los habían destruido todos.
En un seco intercambio de correos electrónicos en 2018 con su hijo, Paul Werking le reitera que "habían contado 12 cajas de mudanza llenas de pornografía y dos cajas con 'juguetes sexuales", y que ese día había comenzado a destruir todo el material, algo que, señala, les tomó bastante tiempo. "Francamente, David, te hice un gran favor deshaciéndome de todo ese material por ti", le dice.
Posteriormente, en un conversación telefónica con un agente de la oficina del alguacil de esa localidad, el padre no tuvo ningún problema en admitir que, efectivamente, "había destruido y desechado" la colección de pornografía de su hijo.
"Lo creas o no, una de las razones por las que destruí tu pornografía fue por tu propia salud mental y emocional", escribió a su hijo, como se lee en la demanda en la que se valora la colección en 28.940 dólares.
Según consta en un reporte policial, Beth, la madre de David, había avisado a su hijo antes de que se mudara que no trajera nada de su material pornográfico a la casa, una advertencia que no cumplió.
Meses después, al mudarse a Indiana y solicitar el envío de sus pertenencias, la madre descubrió en la revisión una gran cantidad de pornografía de su hijo.
El matrimonio, muy molesto, no envió las cajas con pornografía a la dirección de su hijo en Indiana. Y, como no estaban dispuestos a guardar ese material en su domicilio, decidieron destruirlo.