Estos días también se celebra otra especie de Juegos Olímpicos militares, organizados por Rusia, donde ejércitos de muchos países exhiben toda su artillería.
La ceremonia de apertura ha sido todo un espectáculo. Actuaciones y una coreografía muy peculiar. Bailarines y tanques han bailado perfectamente sincronizados el lago de los cisnes. No es la primera vez que un desfile militar sorprende tanto.
La perfección de la armada real tailandesa hipnotiza. Hay que mantener el equilibrio, si uno le pone demasiado ímpetu, malo.
Las exhibiciones de puntería también entrañan riesgos. Un resbalón lo tiene cualquiera. La expectación, los nervios y el calor son capaces de derrotar a la mismísima guardia real británica.
Hay desfiles por tierra, mar y aire, aunque a veces se confundan porque más de una vez un vehículo se despista. Prepárense para alzar la vista a estos paracaidistas se lanzan sí hacia arriba y a propulsión.
La rigidez del ejército coreano no la tiene el indio. Los suizos le ponen música, pero no son los únicos. Otros, como los egipcios, prefieren quedarse quietos y sacar músculo.
Cada uno utiliza sus armas, a veces la mejor exhibición de fuerza es la fragilidad.