El estudio, publicado el lunes en la revista 'Nature Genetics', no solo reveló la fuente de su peculiar olor, sino también que su antecesor más cercano es el cacao, del cual proviene un producto tan adorado por la inmensa mayoría de la gente como es el chocolate.
Usando tres técnicas diferentes de secuenciación genética, los investigadores lograron ensamblar el genoma del durián como si se tratara de un rompecabezas. El análisis reveló que éste está compuesto aproximadamente de 46.000 genes, casi el doble que en el caso de los humanos.
Asimismo, se identificó un grupo especial de ellos, llamados MGL (metionina-gamma-liasas), que regulan la producción de compuestos de olor conocidos como compuestos volátiles de azufre (VSC, por sus siglas en inglés).
De acuerdo con Patrick Tan, coautor del estudio, citado por el portal Phys.org, estos compuestos se ajustan a la opinión de muchos de que el olor del durián es de tipo "sulfuroso".
Se presume que la capacidad de esta fruta de producir VSC puede ser importante para atraer a ciertos animales, como el orangután, para que la coman y dispersen sus semillas en otras regiones, según informa RT.
Se espera que la investigación ayude a los agrónomos a producir variantes modificadas de la fruta. Además, podría contribuir en la conservación de sus más de 25 especies -algunas de ellas no comestibles- que están en peligro de extinción debido a la creciente pérdida de biodiversidad.
El nombre de esta fruta procede de la palabra 'duri', que en indonesio-malayo significa 'pincho', ya que su cáscara está recubierta de protuberancias puntiagudas. El durián es rico en vitamina A, C y D, así como en cobre, hierro, fibras y materias grasas. En los países donde se consume es considerado un manjar y suelen llamarlo 'el rey de las frutas'.