Dan Hill ha compartido su mala suerte a través de una publicación de Facebook que ya se ha vuelto viral. Después de acudir a un gimnasio 24 horas y hacer un poco de ejercicio, decidió utilizar la piscina para nadar. Aunque hasta el momento todo parecía normal, al salir se dio cuenta de que no había nadie en las instalaciones.
Al principio no le dio importancia, pero el problema llegó cuando intentó salir: los trabajadores, al no ver a nadie en los alrededores, habían cerrado las puertas. El hombre llamó a su mujer incrédulo, y esta le aconsejo que escogiera un lugar cómodo para dormir.
Como su historia ha dado la vuelta al mundo, Dan ha querido defender el gimnasio en el que dice sentirse muy a gusto y ha compartido con humor técnicas para hacerse ver en las instalaciones, como un cartel gigante que ponga: "estoy aquí"