El sexo ya no es un tema de conversación tabú. No nos da vergüenza compartir nuestras preferencias sexuales o visibilizar aquello que se escapa de lo que durante años se ha considerado “normal”, y si de por sí nos sentimos a gusto expresando nuestra sexualidad frente a desconocidos en Twitter, TikTok o Instagram, cuando hablamos con amigos estamos todavía más cómodos.
Estás con amigos y llega un invitado más: el alcohol. La conversación se sube de tono y acabáis hablando de sexo, concretamente del sexo que tienes con tu novio o novia. Él o ella se entera y se cabrea. “Pero, ¿cómo se te ocurre contar cosas íntimas?”, te dice. Tú flipas porque en todo momento has dicho cosas positivas, pero aun así, la bronca no cesa. ¿Es justo que tu pareja se cabree? Spoiler… Sí.
Aunque hay personas que nunca hablan de sexo con sus amigos –una decisión totalmente respetable–, lo cierto es que este tema de conversación tiene muchos beneficios.
Sin embargo, no es un tema que podamos tratar con cualquiera. Hay amigos que tienen una mentalidad muy cerrada respecto al sexo y pueden hacernos sentir mal por sus prejuicios. Por eso es importante escoger bien a las personas con las que nos abrimos.
Como acabamos de ver, hablar de sexo suele ser algo positivo, pero hay una línea muy fina que muchas personas cruzan sin darse cuenta: la de la intimidad con su pareja.
Una cosa es tener una conversación sobre tus gustos sexuales y otra muy distinta implicar a tu pareja compartiendo las cosas que hacéis, lo que a ella le gusta, lo que a ti te gusta que ella te haga, o tus quejas sobre la relación en el ámbito erótico. Es aquí donde no estamos hablando de sexo, sólo estamos alardeando o cosificando a esa persona.
Este último punto es especialmente importante porque no solo estamos revelando intimidades de nuestra pareja, sino que muchas veces lo hacemos de una forma tan despectiva que parece que hablamos de una muñeca hinchable o de un Satysfier con patas.
Todos tenemos dudas sobre sexo. Todos tenemos fantasías, posturas que queremos probar, prácticas sexuales que nos gustaría llevar a cabo. Todos tenemos quejas sobre nuestra vida sexual en algún momento. Pero eso no nos da derecho a exponer a nuestra pareja, porque violamos la intimidad que tanto nos ha costado construir.
Pero ojo, porque no sólo le debemos respeto a nuestra pareja. También a nuestros ligues pasajeros. Aunque hayas conocido a alguien hace dos días en Tinder y hayáis acabado en la cama, no es justo que le expongas delante de tus amigos solo por unas risas. Así funciona la responsabilidad afectiva.
Recuerda que no es cuestión de que la otra persona se vaya a enterar de lo que has dicho o no. Tus amigos pueden ser los mejores guardando secretos y a lo mejor nunca vuelves a ver a tu ligue en la vida. Lo que realmente importa es el hecho de que has cruzado un límite, el del respeto, y cuando se sobrepasa, ya no hay vuelta atrás. Seamos mejores amantes, seamos mejores personas.