Sólo con escuchar el mugido podemos saber que estamos delante de una vaca gallega. “Nuestras vacas tienen acento gallego, seguro”, comenta Jessica Rey, ganadera. Un estudio británico asegura que los animales tienen diferentes acentos dependiendo de la región geográfica en la que crecen.
“Unos vecinos nuestros no hace mucho compraron una pareja de vacas que procedían de Alemania y estas vacas tenían unas dificultades tremendas para integrarse con el resto del ganado”, señala la experta.
Los veterinarios, sin embargo, piensan de manera diferente. “No tengo ni idea, suele ser un animal muy discreto, sus conversaciones nunca trascienden”, señala Guillermo Martínez, veterinario. Los ordeñadores suelen hablar con ellos. Hablen más o hablen menos, lo que nos queda claro es la curiosidad que les despierta una cámara.